Un piragüista resulta herido por un anzuelo cuando entrenaba en el Lérez

l. méndez / S.B. PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMON LEIRO

Los deportistas reclaman que se limite la pesca desde los puentes que cruzan el río

02 ago 2018 . Actualizado a las 09:55 h.

Durante muchos años, la práctica de deportes de agua en los cauces del Lérez a su paso por Pontevedra se había producido con normalidad. En armonía con actividades como la pesca, el río pontevedrés suponía un enclave perfecto para la práctica de todas las disciplinas sin que hubiese que lamentar mayor incidente. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, diversos colectivos de deportes como el piragüismo han ido reclamando más atención a los pescadores que se colocan desde los puentes que cruzan el río para practicar esta disciplina.

El hecho de colocarse en lo alto de un puente resta visibilidad tanto a pescadores como a deportistas, pudiendo ocasionar peligrosos encontronazos. Así han ido ocurriendo enganchones de los materiales empleados para pescar, tales como sedales y anzuelos, pero hasta ahora solo había ocurrido en embarcaciones y ropa de los deportistas implicados.

La cosa ha ido a mayores hasta el punto que el pasado 26 de julio un piragüista del Club Naval de Pontevedra resultó herido por un anzuelo de pesca en un antebrazo. El aparatoso accidente ocurrió cuando Enrique Dobarro entrenaba con sus compañeros, todos ellos veteranos con muchos años en esta práctica. Al paso de la expedición por el puente de Santiago el sedal se le enganchó y el anzuelo acabó clavado en su brazo derecho. La rápida actuación de sus compañeros permitió cortar el sedal, aunque el deportista tuvo que acudir al hospital Montecelo para recibir atención médica y que le quitasen el anzuelo.

Una práctica peligrosa

«Muchas veces los puentes son estrechos y los pescadores no se dan cuenta. Hay también quejas de viandantes». De este modo incide Dobarro en su queja, trasladada al Concello, sobre una práctica que considera peligrosa desde los viaductos, ya que «se resta visibilidad al piragüista y al propio pescador». «De un año a esta parte no sé por qué se han puesto cada vez más en los puentes. Es peligroso y por eso pido que se controle», alega.

Tras el incidente, Enrique Dobarro, un piragüista con muchos años de experiencia, denunció ante la Policía Local la situación vivida. Con anterioridad, remata, habían convivido en sintonía entrenamientos de piragüistas y pescadores sin mayores problemas. «Al situarse en las orillas, tanto nosotros como ellos tenemos visibilidad. Nos era fácil advertirlos», continúa el piragüista. Subraya que el hecho de ir con compañeros con años de experiencia permitió solucionar el incidente en poco tiempo. «No quiero imaginar si le pasa a un menor, que también entrenan en el río. Hubiese tenido consecuencias graves», concluye para subrayar que con su queja pretende que a orillas del Lérez vuelvan a convivir sin problemas deportistas y pescadores.