Soriano y Pascual, campeones de España alevines

C. PEreiro PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

OSCAR VíFER

09 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El programa del fin de semana se cumplió al dedillo. Marta Soriano, junto a Martín Landaluce partían en el Campeonato de España alevín como favoritos y su llegada a la final se recibió casi como una certeza más que como una posibilidad. Ahora bien, no todo estaba decidido. Soriano tuvo que medirse ante Cristina Ramos, otra competidora que brilló con luz propia y que se colocó en la final sin ceder ni un solo set. Landaluce se vio las caras con Roger Pascual.

El torneo, que comenzó el pasado 2 de julio, y tuvo como escenario las pistas del casino Mercantil de Pontevedra ha resultado ser un escaparate fabuloso para comprobar el talento y el buen hacer de las nuevas generaciones del tenis nacional. A lo largo de toda la cita, a lo ancho de sus partidos, el público pudo disfrutar de una serie de encuentros, algunos fabulosos e igualadísimos, como la maravillosa semifinal masculina que disputaron Pascual y Segado.

Mención especial al público, otro factor, que junto con el sol, vistió de gala el torneo para goce individual y colectivo. Tenis, diversión y competitividad sana. Así se vivió un fin de semana saludable y fantástico.

En la final femenina, Cristina Ramos no consiguió detener el empuje huracanado que Marta Soriano vino realizando a lo largo de todo el campeonato. La alevín se proclamó ayer campeona de España en dos sets sin apenas concesiones. Asfaltó el terreno para la victoria con un 6-3 y repitió resultado en el segundo set para obtener la corona. La profecía de la favorita se cumplía.

No tuvo esa suerte Martín Landaluce, que cargaba también con el papel de posible ganador desde el inicio de la cita pero finalmente el ritmo superior de Roger Pascual, que venía de una semifinal durísima, logró marcar la diferencia. En dos sets de igualado potencial, Pascual se alzó victorioso tras un 6-4 y un 7-5. Quiso provocar Landaluce el tercer set pero no pudo ser. Su rival había hecho los deberes a la perfección y se quedó con el título.