El nuevo jefe de la oposición municipal

PONTEVEDRA CIUDAD

emilio moldes

Rafael Domínguez emprende una carrera para configurarse como el principal rival de Miguel Anxo Fernández Lores en la inminente contienda electoral por la alcaldía

01 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Rafael Domínguez no creía hace solo nueve meses que hoy sería el nuevo presidente del PP local y de modo inmediato, jefe de la oposición municipal. Y por ende, esto lo convierte en el principal rival político de su colega profesional, Miguel Anxo Fernández Lores (BNG), cuando toque enfrentarse en los próximos comicios locales de 2019. Su foto será el próximo póster electoral del Partido Popular de Pontevedra.

El domingo 17 de septiembre del año pasado, cuando este periodista escribió en esta misma página que Rafael Domínguez Artime podía ser el «tapado» en la carrera por convertirse en el próximo candidato del Partido Popular a la alcaldía de esta ciudad, el interesado pensó que mi vaticinio «era una sobrada». En ese momento y prácticamente hasta hace poco, los protagonistas de la carrera, de los que se hablaba, eran otros.

Sin embargo, en abril sus superiores en el partido le hicieron la oferta. Hubo varias reuniones y mucha discreción. Un mes más tarde, después de mucho debate personal y familiar, aceptó la encomienda. Ayer sábado el congreso local de su partido le confirmó. Ahora ambos nos sonreímos al recordar aquella circunstancia mientras compartimos un café.

Inteligencia y sutileza

Rafael Domínguez es especialista en Medicina Interna. Tiene 42 años, está casado con Erica, también doctora, y tiene un único hijo que lleva su mismo nombre y sueña con ser futbolista profesional. Está recién nombrado coordinador de urgencias en el Hospital QuironSalud Miguel Domínguez, el centro sanitario que fundó su abuelo Miguel y que su padre y su tío continuaron gestionando hasta la reciente venta a la firma catalana que buscaba comprar un sanatorio privado en la provincia para aterrizar en Galicia. No es el primer Domínguez que salta a la política. El tío Miguel fue concejal en Pontevedra y diputado autonómico.

Su estatus profesional le permite compatibilizar sus deberes en el hospital con las ocupaciones crecientes que le aguardan en política. Como concejal llevaba relajadamente esa convivencia que ahora será más intensa. Desde el momento en que remató el congreso, tiene por delante once meses para ir construyéndose una imagen de candidato por el PP y para perfilar quienes le acompañarán en la candidatura.

Después de consumar un tranquilo traspaso de poderes con Jacobo Moreira -quien se ha comportado como un caballero-, Rafa Domínguez se reunió con sus compañeros del grupo municipal y les pidió que trabajasen codo con codo en los meses que restan para concluir el actual mandato. Esa petición encierra un examen. No todos, pero sí algunos, podrían repetir en 2019, dependiendo de las aptitudes -y actitudes- que demuestren en los próximos meses.

Por lo demás, los primeros pasos de Rafael Domínguez demuestran inteligencia y sutileza al conjuntar en su nueva ejecutiva «diferentes sensibilidades» al objeto de no empezar su andadura enemistado con uno u otro sector del PP pontevedrés. Telmo Martín tuvo varios tropezones en esa materia que motivaron la desconexión o falta de implicación de sectores de la derecha local que le dieron la espalda. Jacobo Moreira tampoco ha cultivado esas «relaciones públicas» -es más picheleiro que PTV-. En cambio a Rafa Domínguez, «de Pontevedra, de siempre», no se le escapan. Las inclusiones de Lupe Murillo, sobre todo, pero también de Pepa Pardo y de otros que aparecerán en su ejecutiva local, van en ese registro.

Al mismo tiempo ha demostrado inteligencia al recurrir a José Benito Suárez Costa. Después de una ardua tarea de convicción, Rafa Domínguez consiguió que aceptase la vicepresidencia local del partido para que le asesore. De modo muy especial para manejarse en las parroquias. José Benito fue concejal del Rural con el gobierno municipal de Pedrosa y se conoce al dedillo esa otra Pontevedra. La tutoría ya comenzó. Tres tardes a la semana, uno y otro se patean parroquia por parroquia para que el candidato conozca y le reconozcan.

Apuesta a medio plazo

No deja de resultar curioso que el PP opte, finalmente, por un médico para competir electoralmente contra el actual alcalde, también doctor en Medicina aunque lleve casi 20 años sin ponerse la bata blanca. Después de tratar de derrotar a Fernández Lores con diversos candidatos, desde una inspectora de Trabajo hasta un abogado, pasando por un promotor inmobiliario, alguien en el PP debió pensar que era mejor batallar a Lores con alguien de su propio gremio profesional.

La encomienda es muy exigente. El regidor atraviesa su período más dulce, camino de cumplir 20 años consecutivos al frente del Concello de Pontevedra. La idea de derrotar a Lores semeja muy compleja pero quizás la apuesta que hacen en el PP por Rafa Domínguez no se plantea a un año sino a cinco años vista. También porque sospechan -como varios periodistas entre los que me incluyo- que Lores no agotaría el próximo mandato sino que haría un «caballo de Troya». A mitad de mandato se retiraría y dejaría a Anabel Gulías como alcaldesa para que tuviera dos años para foguearse en el cargo y prepararse para el siguiente envite electoral, en 2023.

Mientras tanto Rafa Domínguez tendrá como deber inmediato mejorar el resultado de 2015. Subir de siete concejales es una obligación tan importante como frenar la creciente amenaza que supone Ciudadanos.