Un hijo de la asesinada en Lérez: «Non me creo o seu perdón e é imposible tamén pola miña parte»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

El pontevedrés pidió no tener que ver cara a cara a los autores del crimen durante su comparecencia en la Audiencia

26 jun 2018 . Actualizado a las 21:41 h.

Pasaban de la cuatro de la madrugada del 30 de julio del 2016 cuando un pontevedrés recibió la angustiosa llamada telefónica de su tía: «Me mataron. Estou malísima. Vinde aquí canto antes». Pilar Fernández Otero, de 87 años, había conseguido arrastrarse a duras penas hasta un teléfono para ponerse en contacto con su sobrino. La mujer vivía sola desde que enviudó y acababa de recibir una paliza tan brutal que, apenas unas semanas después, fallecería en el hospital.

En la segunda sesión del juicio por su asesinato, uno de los hijos de la fallecida explicó que «dende que ingresou estivo en shock». En su comparecencia solicitó no tener que encontrarse cara a cara con los dos autores del crimen, por lo que un biombo le separó de ambos, así como pidió a la presidenta de la sala el poder realizar una reflexión final. No se lo permitieron.

No obstante, al término de la jornada, explicó que lo único que quería hacer ver es que uno solo es consciente de lo que supone perder a una madre cuando se encuentra en este trance «co agravante do que lle ocorreu á miña». «Non me creo o seu perdón e é imposible tamén pola miña parte», añadió, al tiempo que dejó claro que «non descansarei ata que cumpran íntegra a condena».