«La formación para reconocer signos de alarma en la piel va aumentando»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

A.F.

La médica subraya que, como casi todo en la vida, la fotoprotección «es algo de sentido común»

12 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El área sanitaria de Pontevedra y O Salnés se suma un año más a la campaña Euromelanoma. Se trata de una iniciativa de ámbito europeo que persigue aportar información sobre la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento del cáncer de piel. El Chop participa desde hace unos diez años con jornadas de cribado de este tipo de tumor. Este lunes y hoy se desarrollan en el centro de especialidades de Mollavao. La jefa de Dermatología, Ángeles Flórez (Oviedo, 1972), aborda los beneficios que hay detrás de esas exploraciones.

-¿Cuántos pacientes se examinarán en las dos jornadas previstas en Pontevedra?

-Estamos participando en las jornadas del Euromelanoma que se orquestan desde Bruselas para todos los países de la Unión Europea. Es algo que venimos haciendo desde hace unos cuantos años, la fecha exacta de inicio la desconozco. Las jornadas de cribado en Pontevedra las hacemos hoy [por ayer] y mañana [por hoy]. Estamos valorando veinte pacientes cada día. No hay un perfil determinado, vemos pacientes de diferentes edades, tipos de piel y lesiones.

-¿Cómo se formaliza esa participación?

-La participación es voluntaria. La Academia Española de Dermatología y Venereología publicita la campaña y a través de las redes sociales, los medios de comunicación y las propias plataformas de la academia se da a conocer al público y se habilitan una serie de días para que los pacientes puedan citarse por vías telemáticas. Lo que se hace es abrir una agenda con sus datos y un cuestionario previo.

-¿La prevención del cáncer de piel (el más frecuente es el no melanoma) a través de la información y el diagnóstico precoz son los principales objetivos?

-Sí. Lo que se pretende por una parte es hacer diagnóstico precoz, detectar cuanto antes lesiones potenciales que puedan ser malignas, y por otra parte, hacer educación en salud. En la consulta no solo se valoran lesiones, también se enseña al paciente a hacerse una autoexploración y una fotoprotección adecuada.

-Médicos y enfermeros se encargan de esas exploraciones de la piel. ¿Cómo son?

-A cada paciente se le dedica un cuarto de hora y en ese tiempo se valora toda la superficie cutánea, se ven una por una las lesiones que se consideren de interés y se rellena un cuestionario, tanto por parte del paciente como por parte del facultativo. El personal de Enfermería de nuestra unidad, que está formado al respecto, hace educación en fotoprotección y resuelve con el paciente las dudas que pueda tener.

-Por la experiencia de años anteriores, ¿qué lectura sacan de esos cuarenta pacientes?

-Como en todas estas actividades, las dos partes aprenden, tanto el personal sanitario como los pacientes. Mi impresión es que año a año la formación en reconocimiento de signos de alarma de la población va aumentando. Es decir, las campañas son positivas y quizá el punto en el que aún tenemos que trabajar para la mejora es cómo se hace una correcta fotoprotección.

-¿Cuáles son los errores más comunes en fotoprotección?

-Muchos adultos utilizan el filtro todo el año con fines oncológicos, que es algo que no es necesario salvo en pacientes muy concretos. Otros consideran que los filtros son algo que se usa para poder incrementar las horas de exposición al sol, otros piensan que existe la pantalla total y eso va a depender mucho de cómo aplicar el fotoprotector. Como casi todo en la vida, la fotoprotección es algo de sentido común.

-¿Hay miedo a los lunares como al dentista y cuál es la pauta?

-Creo que no, quizá hace veinte años sí, hoy en día mi impresión es que no hay miedo. Asimetría, bordes no definidos, colores y crecimiento rápido es a lo hay que prestar atención. El picor y el sangrado no traumático de un lunar no es determinante.