Enseñando a derribar barreras con las manos

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

Dos alumnos del grado de Educación Primaria han creado un canal de YouTube sobre la lengua de signos

26 may 2018 . Actualizado a las 09:40 h.

Esta historia empieza en el hospital Álvaro Cunqueiro, en Vigo. Hace años, Carla Alján hizo prácticas de enfermería. «Ya las estaba acabando cuando llegó una paciente sorda. Fue entonces cuando fui consciente de los problemas de comunicación a los que tenía que hacer frente aquella mujer. Ella nos preguntaba por la médica y todos le dábamos la hora porque pensábamos que era lo que quería», relata esta joven de O Porriño. Aquella experiencia despertó en ella el interés por la lengua de signos. Por aprenderla y por difundirla. Estaba escribiéndose, sin que ella se lo imaginase siquiera, el prólogo de VIVA Signos, el canal de YouTube que hace algo más de un mes se puso en marcha para divulgar un idioma que se habla con las manos.

El siguiente capítulo de este proyecto se escribió en Pontevedra. Carla Alján estudia en el campus universitario de esta ciudad el grado de Educación Primaria. «Nos mandaron hacer un proyecto para la asignatura de nuevas tecnologías», relata. Y tras darle muchas vueltas, ella y su compañero de aventura, David Álvarez, decidieron poner en marcha un canal de YouTube con contenido didáctico. «Todo empezó así, como un pequeño proyecto», cuenta Carla. Ella aportaría el conocimiento sobre el tema elegido, la lengua de Signos. Él, sus buenas mañas con la tecnología.

VIVA Signos nació, pues, como un proyecto dirigido a niños de entre seis y doce años. La idea es aprovechar las oportunidades que brindan las nuevas tecnologías para enseñar lengua de signos, dar a conocer la cultura sorda y acabar con algunos de los muchos mitos que la rodean. Pero, nada más empezar a publicar sus vídeos, Carla y David descubrieron que su propuesta no solo interesaba a su público objetivo. «Hemos visto que la franja de edad en la que despierta más interés este tema es en gente de entre 18 y 35 años», comenta David. «Vemos que nos siguen muchas personas que están preparando oposiciones, por ejemplo, y sabemos que los vídeos los están usando en algún colegio», sigue Carla. El interés que ha despertado la página queda claro en lenguaje matemático: en su mes de vida, VIVA Signos tiene más de trescientos suscriptores y sus vídeos más de 2.000 visualizaciones. Un éxito inesperado, que permite a sus dos promotores pensar en seguir dando pasos para difundir la lengua de signos. «Creemos que es fundamental que se imparta en todas las escuelas, no deja de ser otro idioma, con su código, su gramática, su vocabulario, su estructura propia...», relata Carla.

Mientras no se normaliza el aprendizaje de esta lengua, VIVA Signos intentará aproximarla a quienes quieran aprenderla. Dan nociones de vocabulario y de gramática, partiendo «de un nivel cero». Es el granito de arena con el que Carla y David quieren ayudar a «eliminar barreras comunicativas». Casi nada. A través de las redes sociales vinculadas al canal de YouTube, realizan una campaña para «desmitificar estereotipos y falsas creencias».

Ahí va una de las preguntas a las que quieren contestar: ¿No es muy difícil manejar la lengua de signos? «Es tan difícil como puede ser cualquier otro idioma que empiezas a aprender sin tener ni idea. Lo que pasa que el inglés o el francés lo aprendes en cualquier academia, y la lengua de signos no hay muchos lugares en los que acercarse a ella».

Pero hay aún muchos otros mitos que, en algunos casos de forma inexplicable, siguen extendidos entre la sociedad. «Como el de que las personas sordas no pueden conducir», explican. Para neutralizarlos, nada como una información bien construida y bien presentada. Eso es lo que pretende ser VIVA Signos. Enciendan la pantalla y sintonicen el canal. Todo lo que les espera al otro lado les permitirá derribar muros de incomprensión usando, únicamente, las manos.

Trabajando en un hospital, Carla descubrió la importancia de

este idioma

El canal sirve para enseñar vocabulario y gramática, y para romper mitos

La iniciativa arrancó como un proyecto de clase, pero no ha

dejado de crecer