Del cedro al que el viento se la jugó al carballo superviviente

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

EMILIO MOLDES

La corta de un árbol gigantesco en la subdelegación de Defensa levantó ayer gran expectación entre los viandantes

23 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La corta empezó temprano. Y pronto acaparó las miradas. Ayer fueron muchos los que, al pasar por cerca de la subdelegación de Defensa de Pontevedra, en el paseo de Cervantes, reducían el paso, miraban hacia el cielo e incluso se quedaban absortos durante largos minutos siguiendo la evolución de la tala de un enorme árbol. ¿Por qué lo cortaron? La explicación la daban en el propio edificio militar. Indicaban que el viento se portó de mala manera este año con el árbol, un cedro con alrededor de medio siglo a sus espaldas, y que el ejemplar ya había dio un buen susto cuando se cayó una parte de él. «Menos mal que cayó dentro de las instalaciones de la propia subdelegación», indicaban. Se hizo un informe y se concluyó que no tenía estabilidad, que suponía un peligro... así que ayer pasó a la historia tras una maniobra de tala que se prolongó durante toda la mañana.

Caía así el cedro en un año en el que Pontevedra perdió, sobre todo, palmeras. Y es que, aunque afortunadamente los tratamientos parece que están manteniendo a salvo los ejemplares fetiche de Pontevedra, las palmeras de, valga la redundancia, As Palmeiras. No ocurrió lo mismo con árboles de Marqués de Valterra, de Campolongo... que sucumbieron al picudo rojo, que se ha metido hasta la cocina en la urbe del Lérez. Un voz autorizada en materia de jardines públicos hacía ayer la siguiente reflexión sobre lo que supone ir perdiendo las palmeras del paisaje: «As palmeiras son o símbolo da fin da Galicia da fame. Cando empezaron a plantarse as palmeiras foi porque a xente regresou da emigración e facían casas con xardíns. As primeiras estaban en casas de tipo indiano. De aí que sexa tan imporante preservalas».

Y si esta persona hablaba así de las palmeras, con mayor vehemencia se expresaba todavía Xosé Morgade, presidente de los comuneros de Mourente y defensor a ultranza del emblemático y catálogo carballo de Santa Margarida. Decía este hombre que tras las últimas actuaciones -en el último año se hizo un aireamiento de raíces, una poda sanitaria, un tratamiento biológico para eliminar insectos y se apuntalaron dos ramas- se continúa esperando a que haya un plan riguroso para preservar este ejemplar. «Seguimos coa teima de sempre, con que se debería facer un padroado que obrigase a todas as Administracións implicadas e á Igrexa a sentarse a falar do carballo e tomar medidas para protexelo. Se houbera ese padroado polo menos de cando en vez reuniríanse e falarían, porque así non hai maneira. Medio Ambiente, que é o máximo responsable, sempre dá a calada por resposta», indicó.

¿Y, más allá de Santa Margarita, qué otros árboles necesitan cuidados en la ciudad? Otra voz autorizada en la materia señala que se hicieron podas y revisiones en casi toda la urbe. La única tala prevista se ubica delante de Bellas Artes. Hay que retirar una camelia que está prácticamente seca sin que se sepa la causa.