Un guardia civil que nunca dejó de recordar a su hermano, víctima de ETA

m.h. PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

XOÁN CARLOS GIL

17 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ángel Gómez Ramos, subteniente de la Guardia Civil -ya en la reserva- fallecido esta semana a los 64 años de edad, hizo suficientes méritos en su carrera como para haber salido en los medios de comunicación por ellos. Recordaba ayer algunos de sus logros un mando del instituto armado en Pontevedra, que indicaba que cuando formó parte de la unidad de la policía judicial pontevedresa dio una muestra enorme de profesionalidad pese a haberle tocado una época en la que los medios para llevar a cabo investigaciones eran rudimentarios. Sin embargo, en las escasas apariciones de Ángel en los medios de comunicación casi siempre hizo protagonista de sus palabras a Antonio, uno de sus muchos hermanos, que también era guardia civil y que fue asesinado por ETA en julio de 1980. El propio Ángel dijo en distintas ocasiones que la muerte de su hermano le había marcado. Así que nunca dejó de recordarle.

Ángel Gómez Ramos nació en una familia numerosísima de Ourense, de catorce hermanos. Hijos de un guardia civil, buena parte de los hermanos también se hicieron guardias. Sus compañeros recordaban ayer que Ángel había estado destinado en Bilbao y que luego formó parte de la policía judicial de Pontevedra. Entonces era sargento. Ascendió luego y eso conllevó su traslado a Moaña, donde ejerció como comandante de puesto. A lo largo de su carrera le fueron concedidas la Medalla al Mérito Militar con Distintivo Blanco y la Placa Real y Militar de la Orden de San Hermenegildo. Estaba casado, tenía dos hijas y tres nietos. Su funeral y entierro tuvo lugar ayer en San Xoán de Poio.