Docentes del CIFP A Xunqueira critican la «connivencia» con actuaciones de la dirección

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

Ven grave que se suplantaran las funciones del consello social

14 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La Xefatura Territorial de la Consellería de Educación en Pontevedra dio por zanjado el conflicto el pasado diciembre. No obstante, un colectivo de profesores del centro integrado de formación profesional (CIFP) A Xunqueira de Pontevedra no olvidan lo ocurrido y reprochan ahora la «connivencia» de la Administración educativa con diferentes actuaciones llevadas a cabo por el director del centro, Rafael Núñez.

En su día, tres docentes cuestionaron el proceder del director por haber firmado las cuentas del año 2016 sin que hubieran pasado antes por el consello social, como es preceptivo en este tipo de centros de FP. Tras la denuncia de los profesores, Educación respaldó a Núñez Portela al considerar que se había producido «un defecto de forma, pero no una ilegalidad». El director, que habló de «un error», también dio su versión. «No hubo mala intención, fue un error que se comunicó a la Inspección. Lo que me sorprendió es que esto salga ahora y que se hable de falsedad documental, cuando está solucionado», decía entonces a La Voz.

Cinco meses después, un colectivo de docentes del CIFP A Xunqueira vuelve a poner el foco sobre lo ocurrido. A través de un comunicado anónimo, lamentan que la denuncia por escrito realizada el 31 de julio del 2017 y las reuniones con el inspector no hayan servido de nada. «Es un clamor para la generalidad del colectivo docente el interés de la Administración y, en particular, de una parte de la inspección por lo intrascendente en perjuicio de lo nuclear de la excelencia académica», afirman estos profesores. Critican que hoy resulte de una «trascendencia sublime» rellenar formularios que en nada o poco mejoran la educación y que, sin embargo, «pueden acarrear graves consecuencias a quien por descuido no ha puesto la crucecita en el ítem correspondiente».

Y cuestionan con dureza que los cargos administrativos no hagan una labor «inteligente, lógica y racional», sino que hagan «connivencia con los amigos por más que las actuaciones sean tan groseras como graves: suplantar la funciones del máximo órgano de control de un centro educativo y trasladar un certificado falso a una instancia superior». En su opinión, lo ocurrido es un motivo más que suficiente para la dimisión de quien ha cometido «semejante tropelía». «De la misma gravedad, sino mayor, es permitir seguir al frente de un centro educativo a quien ilícitamente ha pretendido el engaño suplantando una realidad inexistente». En cualquier sociedad evolucionada, concluyen, se depurarían responsabilidades.