«Sin el apoyo de mi profesor no lo hubiese logrado»

Sara Carreira Piñeiro
s. carreira REDACCIÓN / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

«Nunca imaginé que yo fuese a montar una empresa», asegura  Antía Parada, propietaria de neumáticos Leiro-Aldao

02 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Nunca imaginé que yo fuese a montar una empresa». Antía Parada Aldao (Pontevedra, 1991) es un claro ejemplo de cómo con el apoyo adecuado una persona puede dar un salto que nunca hubiese sospechado, y ella lo tiene claro: «Sin el apoyo de Paco, mi profesor, no lo hubiese conseguido». Antía estudió un ciclo medio de administración y después se pasó al ciclo superior de FP de Administración y Finanzas en el IES Luís Seoane (Monte Porreiro), de Pontevedra. Este centro se caracteriza por su defensa a ultranza de cada alumno, una clara apuesta por ayudar a encontrar el camino que mejor le resultará a cada estudiante.

Cuando estaba en el segundo curso de FP superior, Antía se dio cuenta de que tenía pocas posibilidades de encontrar un empleo. En paralelo, su todavía novio llevaba varios años trabajando en diferentes talleres. Ante la falta de suficiente oferta laboral, ella comenzó a pensar en la posibilidad de montar algo juntos: «Él tenía conocimientos del mundo del motor y yo, de la oficina». La idea, por tanto, estaba clara, pero quedaba todo lo demás. Y ahí entró el Paco (Francisco Álvarez) al que hace referencia la joven: «Me ayudó bastante, sobre todo me animó, me convenció de que era capaz de hacerlo. Realmente, no necesité las instalaciones del vivero de empresa que tiene el instituto -reconoce Antía- porque antes ya recibí toda la información». El docente incluso visitó las instalaciones que la pareja había elegido para su negocio y les dio el visto bueno. Después llegó la familia: «Me vieron con las ideas tan claras, que era un proyecto muy serio, algo que suponía mucho tiempo y dinero que me apoyaron».

Fue una decisión difícil porque el socio -hoy marido- de Antía «dejó su trabajo y empezó de cero». Ambos tenían algo de dinero ahorrado y a eso se le sumó una subvención para menores de 25 años que pidieron. «Sin ese dinero tampoco podríamos habernos metido en el negocio», reconoce la empresaria.

Ahora, cuatro años después, Antía Parada está feliz con su empresa. Trabajan ella y su marido, y Neumáticos Leiro-Aldao, que como su nombre indica se dedica al cambio de gomas (tanto nuevas como usadas), funciona muy bien. Por el momento no tienen empleados, ellos se apañan bien, y el hecho de ser pareja no ha supuesto ningún problema.

Echando la vista atrás, Antía Parada cree que la formación que ha recibido le ha resultado muy útil, considera que estaba bien preparada para poder llevar una empresa y además el claro apoyo de su tutor le dio el plus de confianza que, reconoce, no suele tener un estudiante.