Vidas cruzadas para la salvación

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

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El ex teucrista David Chapela se reúne con tres jugadores azules con pasado en el Frigoríficos para analizar el derbi del próximo sábado en Pontevedra

18 abr 2018 . Actualizado a las 05:46 h.

En un radio de veinte kilómetros hay dos equipos en Asobal. El corazón del balonmano late a partes iguales en Cangas y Pontevedra. El sábado se cruzarán por la salvación. No es la primera vez que llegan a estas alturas de la liga con las mismas necesidades. Esta vez se repite y ninguno quiere ceder terreno. Como dice el ex teucrista David Chapela, que los puntos se queden en Galicia. De eso no cabe duda, la estadística apuesta por un empate, pero la realidad es que los de Magí Serra llegan con más urgencia al encuentro del próximo sábado y con un calendario más favorable en la recta final del campeonato.

Los tres jugadores con pasado cangués, Javi Santana, Edu Moledo y Ángel Iglesias, se reunieron en el pabellón municipal de Pontevedra con David Chapela, un jugador muy recordado en la ciudad y símbolo del teucrismo, que este año milita en las filas del Frigoríficos Morrazo. Ya volvió al pabellón pontevedrés con el Cisne, pero ahora lo hace por la salvación en un equipo en el que se siente cómodo. «Es la segunda vez que vengo y a mi me encanta este pabellón, el año pasado fue maravilloso con el Cisne, ahora va a ser igual. Viví el derbi siendo del Teucro y es espectacular, ahora todo Cangas se movilizará para estar con su equipo», señala Chapela junto a Santana, que aunque no compartió vestuario con él, sí vivió seis años como portero del Frigoríficos Morrazo. «Conozco a la afición, jugando allí tienen una baza a su favor, pero ya no queda casi nadie de esa época», reconoce Santana, que coincidió con Edu Moledo en el Cangas, cuando firmaron un ascenso a Asobal. El cangués recuerda con cierta nostalgia esa etapa, aunque al igual que su colega de equipo poco queda de aquello. Sin embargo, sus recuerdos están pintados en el azul del Frigoríficos, aunque las últimas cuatro temporadas defendiese la camiseta del Teucro. «Yo tengo varios recuerdos, un ascenso, competición europea y sobre todo, que es el club en el que viví desde pequeño. Hace unos años me gustaba más jugar contra ellos porque conocía a todos, pero ya te queda solo el recuerdo de la afición», comenta Moledo, que pese a la necesidad de rival no está en sus planes cederle ni un empate.

El Teucro está a dos puntos de la salvación matemática. Con una temporada cuyo balance no puede ser más que positivo, en los últimos partidos han encadenado una racha un tanto más amarga con dos derrotas consecutivas frente al Valladolid y La Rioja que está dilatando asegurar la permanencia. «Hasta que no sea matemáticamente viable no hay nada hecho», explica Santana, el veterano de la plantilla, que ayer recordaba como estaban las gradas del pabellón hace once años en Pontevedra y como están ahora. El Teucro necesita aliento desde la grada y no lo encuentra en todos los partidos. Apenas hay medio millar de espectadores para ver cada fin de semana la élite del balonmano. Este sábado lucirá una mejor cara al verse arropados por los aficionados del Cangas. Cuando Santana dejó el Frigoríficos llegó Ángel Iglesias, que estuvo otros dos años. «Estuve dos temporadas en blanco porque me operaron dos veces de la rodilla y me dieron la oportunidad de reengancharme», comenta Iglesias, que militó dos años en las filas del Cangas y como sus otros tres compañeros guardan un buen recuerdo del equipo y del trato que recibieron allí.

En la cola de la clasificación casi toda la temporada, muchos daban por desahuciado al equipo morracense, pero revivió en las últimas jornadas hasta conseguir salir de los puestos de descenso y pese a estar a cinco del Teucro no se da por vencido. «Vienen de ganar en Guadalajara y de empatar en Anaitasuna, va a ser un encuentro muy difícil», comenta Santana, mientras Edu Moledo recalca que «el balance es positivo en lo deportivo, hemos sido muy competitivo fuera».

El Teucro quiere acabar con la estadística que da el empate como el resultado más repetido en el derbi gallego. «Con uno en función de los resultados podría bastar, pero queremos que los dos puntos se queden en casa», explica Santana, mientras Iglesias añade que «tampoco le vamos a regalar nada, urgen los puntos». Necesitan sumar tanto como el respaldo de una marea azul que les inyecte moral para creer. Los dos quieren seguir jugando el derbi, pero en la élite.