Patrulleras de A Coruña suplen a las pontevedresas inoperativas

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMON LEIRO

Los guardias civiles del Servicio Marítimo abocados a realizar patrullas por tierra

06 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A la espera de que la Corvo Mariño y la Río Guadalope retornen al servicio, las labores urgentes o prioritarias que tendrían que realizar ambas patrulleras del Servicio Marítimo de la Guardia Civil de Pontevedra, ya sea a la hora de reprimir actividades ilícitas o realizar actuaciones de carácter humanitario, son suplidas por embarcaciones de la misma unidad del instituto armado, pero con base en A Coruña. Esto supone, según comentaron distintas fuentes consultadas, una importante demora a la hora de asumir determinadas tareas: «Muchos hundimientos, por ejemplo, son cuestión de minutos y venir desde la capital herculina a la ría les puede llevar, dependiendo de las condiciones de la mar, fácilmente un par de horas», precisaron.

Paralelamente, y mientras las patrulleras permanecen inoperativas, los agentes adscritos a estas dos embarcaciones se ven abocados a realizar patrullas por tierra. Se trata de una labor que, según mantienen, es totalmente ineficiente porque, entre otras cosas, no se puede suplir el trabajo que realizan desde los barcos a la hora de luchar contra el narcotráfico o el furtivismo o para auxiliar una emergencia.

En todo caso, precisaron que en el supuesto de emergencias, como pueden ser las derivadas de un accidente en alta mar, se dispone de medios de carácter civil. «La presencia de la Guardia Civil en estos casos ya no es tan vital como sí lo es a la hora de acudir a dar escolta a un mercante que cubre una ruta caliente de la droga», añadieron.

La Corvo Mariño lleva sin operar varias semanas, aproximadamente desde hace un mes, por cuestiones derivadas de mantenimiento, si bien distintas fuentes remarcaron que presenta problemas con cierta asiduidad. De hecho, le han eliminado el embrague ante las continuas averías y cuya reparación suponía un desembolso de unos tres mil euros.

La Río Guadalope, por su parte, permanece atracada en el muelle de la Escuela Naval de Marín después de que, recientemente, hubiese perdido cinco litros de líquido anticongelante por una fuga. Al igual que la Corvo Mariño, sufre un importante desgaste derivado de su antigüedad y de los servicios que ha venido prestando. Así, entre otros destinos anteriores, esta última ha participado activamente en el pasado en las operaciones que coordina la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) en Mauritania.

Nuevas embarcaciones

Todas las fuentes consultadas coinciden en la necesidad de dotar de embarcaciones más modernas al Servicio Marítimo de la Guardia Civil de Pontevedra. En este punto, incidieron en que correspondería a los mandos de la demarcación de Galicia el reclamar que se proceda a la sustitución de los dos barcos, mientras que todo lo relativo a la reparación de las averías que presentan es competencia de Madrid, toda vez que la Jefatura del Servicio Marítimo se ubica en la capital de España. Según recoge el propio instituto armado este es el «órgano central (...) de dirección técnica y asesoramiento al mando» y, a su vez, depende de la Jefatura Fiscal y de Fronteras.

Entre sus cometidos, por un lado, el judicial o la prevención y esclarecimiento de delitos; por otro, el fiscal o la lucha contra el contrabando; pero también el administrativo, encaminado a preservar el medio ambiente, controlar e inspeccionar embarcaciones deportivas o proteger del patrimonio histórico sumergido. Asimismo, participa en misiones en el extranjero y colabora con otras administraciones nacionales.

Más de 1.800 litros de combustible por cada travesía de vigilancia hasta la playa de Carnota

El uso de embarcaciones envejecidas no solo repercute en una mayor reiteración de las averías, sino que, además, incrementa considerablemente el consumo de combustible. En la actualidad, el Servicio Marítimo de la Guardia Civil de Pontevedra cubre la costa comprendida entre la desembocadura del Río Miño, aunque también es habitual ver las patrulleras en otros puntos del litoral norte portugués colaborando con la Guardia Nacional Republicana (GNR), y el extremo sur de la playa de Carnota, la punta de Os Remedios.

Por término medio, una o dos veces por semana, las patrulleras se desplazan a uno u otro punto de la cornisa atlántica llevando a cabo una labor preventiva de vigilancia. Las estimaciones de las fuentes consultadas apuntan en la dirección de que subir desde la ría de Arousa hasta el arenal coruñés y retornar a la base de la Escuela Naval de Marín supondría recorrer unas sesenta millas náuticas y conllevaría un gasto de más de 1.800 litros de combustible.

Teniendo en cuenta el precio medio del gasoil para embarcaciones, cada una de estas patrullas supondría un coste de aproximadamente ochocientos euros solo en lo que a combustible se refiere.

Lo cierto es que estos servicios son consecuencia del hecho de que, desde hace unos meses, la unidad pontevedresa haya visto como le aumentaban los horarios de navegación y la demarcación geográfica que tiene bajo su supervisión. Además, se acordó que estas embarcaciones de la Guardia Civil tuviesen una mayor presencia en las rías pontevedresas.