Las victorias del Coruxo y el Racing de Ferrol complican la zona baja de la tabla
26 mar 2018 . Actualizado a las 05:05 h.Dicen que a perro flaco todos son pulgas. El Pontevedra se ve, más que nunca, reflejado en el refranero español. La derrota del sábado en Abegondo vino acompañada de un domingo negro en cuanto a resultados se refiere. Los equipos que acompañan a los granates en la zona de descenso no tuvieron resultados muy positivos para los de Luismi. Las victorias del Coruxo frente al Unión Ardave y del Racing en casa ante el Rápido de Bouzas dificultan la situación de los granates que, aunque siguen en décimo séptima posición con 31 puntos, empieza a ver como los de arriba cogen vuelo. La victoria del Toledo los pone con 34 puntos y el Valladolid B y el Coruxo, con 35 y 37 puntos, respectivamente, ya están a más de un partido de la zona de peligro. Y es que la trigésimo primera jornada de liga deja al Pontevedra empatado a puntos con el Racing de Ferrol y a dos de la Gimnástica, que la próxima semana se enfrentará al Depor B. A priori podría no entorpecer mucho la salvación de los granates, siempre y cuando ganen en casa al Talavera de la Reina, que no se juega nada.
Margen de maniobra
A solo siete jornadas del final y con 21 puntos en juego, el Pontevedra todavía tiene margen de maniobra, pero hace falta que las cosas salgan sobre el terreno de juego. El pasado sábado jugaron bien, pero la desesperanza parece haberse apropiado del vestuario. La derrota ante el Fabril fue un golpe duro, pero ahora tendrán tres días para reaccionar y medirse el próximo Jueves Santo al conjunto toledano en Pasarón. Además de preocuparse de su resultado, deberán mirar de reojo al Racing, que juega contra el Cerceda, último de la tabla. No se pueden permitir una derrota nunca, pero si el conjunto ferrolano gana, menos. Eso sería una condena inasumible. Ahora si que el tópico de que cada partido es una final cobra más importancia. La temporada pasada, los equipos que se salvaron lograron 45 puntos, catorce más que los actuales. El Pontevedra está casi obligado a ganar cinco de los siete partidos que quedan para poder salvarse. El año pasado a estas alturas, el equipo granate peleaba por el play off de ascenso con 54 puntos.