El Pontevedra cae a la zona roja de la tabla tras ganar el Valladolid B

C. Pereiro PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

M.MORALEJO

Segunda B Los granates se quedan sin margen de error en un duro final de liga

12 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Solo era una hipótesis, pero finalmente se ha convertido en una dura realidad a golpe de domingo. El Pontevedra acabó la jornada vigesimonovena en donde menos querría estar: la zona roja de la tabla. El descenso directo.

El empate ante el Coruxo del sábado tuvo un regusto amargo ya de por sí. Tres puntos hubieran sido un auténtico lujo a estas alturas, y hasta Luismi quiso sacar algo positivo de las tablas al lograr traerse un punto de Vigo, conocedor de la negativa trayectoria que los granates han promulgado fuera de casa. Por desgracia, el Pontevedra dejó la puerta abierta para que sus rivales directos sí hicieran los deberes.

El Valladolid B metió quinta contra el Talavera Reino y lo goleó con tres goles la mañana del domingo. La peor profecía se cumplía y adelantaba a un Pontevedra que ahora se encuentra en la decimoséptima posición de la tabla, y la certeza de que sino reacciona, el descenso es seguro. Aquí no hay playoff que valga. Lo que estuvo a punto de ser un fin de semana redondo para equipo y afición -durante más de cincuenta minutos el Pontevedra dominó el marcador contra el Curuxo- acabó por convertirse en pesadilla.

Tiene ahora el Pontevedra nueve finales por delante. Ya las tenía antes, pero ahora, para su desgracia, el margen de error será microscópico. Los granates deben ganar sí o sí, pero también esperar algún resbalón del Valladolid B o el Coruxo -a un punto de distancia, ambos-, o del Toledo y la Ponferradina -a tres puntos, también empatados-; para quedarse con algún as en la manga.

Cara a cara

No todo son malas noticias. De esos nueve encuentros que quedan por disputar, un tercio son contra rivales directos. A saber: Ponferradina, Valladolid B y Gimnástica (un punto por debajo del club de la Boa Vila, y también en la misma delicada situación).

Una victoria contra cualquiera de ellos podría poner algo de tierra de por medio, sobre todo con el Valladolid B, al que se enfrentará a domicilio el 22 de abril. Una semana después lo hará contra la Gimnástica, también fuera de casa. Dos jornadas consecutivas sin contar con la ayuda del fortín que ha demostrado ser Pasarón esta temporada. El único factor que parece imprimir algo de seguridad al conjunto granate.

El problema de los de Luismi es que también se verán las caras con algunos de los clubes en mejor forma de la competición. En el horizonte próximo se vislumbran nombres como el Navalcarnero, el Deportivo Fabril, el Atlético B o el propio Talavera Reina, que al caer este fin de semana posibilitó el adelantamiento de los pucelanos a la escuadra pontevedresa.

Por el momento, y siguiendo la filosofía del partido a partido; el Pontevedra tiene su próxima cita liguera en casa. La Ponferradina será el rival a batir. Lograrlo daría no solo puntos, también esperanza.