El Rayo condena al Pontevedra (0-3)

Nieves D. Amil
Nieves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

05 mar 2018 . Actualizado a las 15:54 h.

La presión de tener que firmar una victoria dejó ayer sobre el terreno de juego a un Pontevedra al que le costó concluir las jugadas. No por falta de oportunidades, pero sí por falta de concreción. Y esto del fútbol va de marcar y de que no te marquen. Solo eso ata a un equipo a la tabla. Esa cuerda en la casa granate anda algo floja. Ayer recibían en su fortín al Rayo, el segundo mejor rival a domicilio de la categoría, pero hizo falta casi un cuarto de hora para empezar a ver por dónde iba el encuentro. Hasta ese minuto apenas hubo peligro en las metas de Edu y Basileo. El primer tiro a puerta local llegó de la mano de Jorge por la banda izquierda, que el portero madrileño sacó sin demasiado esfuerzo.

El Rayo presionaba con insistencia cada balón, exprimiendo el juego hasta el límite. A pesar de la presión, no hubo más oportunidades hasta el minuto 28, cuando Añón se quedó prácticamente solo frente a Basileo, que impidió que subiese el primer gol al marcador. Pocos minutos faltaron para encontrase en el peor escenario. Un tiro al larguero de Defrutos provoca la jugada de la desgracia. Varios errores encadenados en la zaga llevaron a que en el segundo rechace, Andújar pudiese conducir a puerta el primer tanto de condena al Pontevedra. Desde ahí, la fragilidad de lo locales no puso en riesgo al Rayo, salvo un lanzamiento flojo de Álex Fernández, que ayer no demostró en el campo lo que estábamos acostumbrados a ver.

El equipo se fue al descanso con la incertidumbre de qué pasaría a la vuelta. Habría que dar un giro para afinar en punta y sobre todo, cerrar los huecos que se abrían en el campo y por donde el Rayo encontraba respuesta. Sin embargo, el arranque fue tan gris en el campo como en el cielo. El equipo salió más desubicado, apostando por balones largos que redujeron las oportunidades al mínimo. A punto estuvo de caer la sentencia del partido en los pies de Jeisson, que tras un saque largo de Edu vuelve desde el medio campo y salva el portero granate.

El Pontevedra empezaba a apurar el encuentro y los nervios invalidaban cualquier opción de juego. Nada. Las llegadas a la meta rival fueron mínimas. Luismi optó por sustituir a Álex Fernández y Álex González por Marcos Álvarez y Kevin Presa, que ayer tuvo los primeros minutos después de su lesión.

Dos goles para sentencia

El equipo estaba roto, apenas había juego. Y fue ahí cuando llegó el final del partido. Pichín ganó la carrera y Coto clavó el segundo gol y la sentencia de un Pontevedra que ayer mostró su peor cara donde no tenía acostumbrada a su afición. En los últimos encuentros en casa, había mostrado una versión fuerte dejando un buen sabor de boca.

El de ayer en Pasarón se sabía que era un rival duro y acostumbrado a llevarse los puntos a domicilio. En Pontevedra, el Rayo mostró su calidad. A segunda posición no se llega sin hacer méritos en cada partido. A tres minutos del final todavía hubo una oportunidad más para el desastre. El conjunto madrileño tiró de oficio y marcó la tercera condena de los granates, que ya estaban desahuciados en el campo. El 0-3 fue el peor golpe para un Pontevedra que estaba obligado a ganar todos los de casa para dejar la zona de promoción a Tercera. Por ahora ha perdido esa oportunidad, pero todavía quedan diez partidos en los que no se puede perdonar. Cada partido es una final. En la próxima semana, reciben en casa al Saguntino en las semifinales de la Copa Federación y el sábado se desplazan en liga a Coruxo.

El Pontevedra se queda a un punto del descenso directo y empatado con la Gimnástica. Aún hay tiempo para reconducir la temporada.