«La disfagia es una alteración frecuente y pasa desapercibida»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

La experta subraya el papel que juegan los familiares para detectar la dificultad para tragar

02 mar 2018 . Actualizado a las 05:05 h.

La asociación de daño cerebral Alento abría el pasado septiembre un punto de información en la ciudad. Este jueves el colectivo impartió su primera jornada práctica de formación para pacientes, familias y profesionales. Corrió a cargo de Teresa Pérez Peleteiro (Arbo, 1973), logopeda de Alento, y versó sobre alimentación segura y eficaz en personas con daño cerebral. En el área Pontevedra se calcula que cada año más de 600 personas sufren daño cerebral por diversas causas, entre ellas, un ictus o un traumatismo craneoencefálico.

-¿Por qué se eligió esta temática para la primera jornada?

-Es un tema que me implica a mí como logopeda y que afecta a las personas con disfagia por daño cerebral adquirido. Es una de las alteraciones más frecuentes que sufren estas personas y es dar a conocer los signos, los síntomas, cuáles son las consecuencias que puede tener y cómo paliarlas con adaptación de dietas y texturas. Es algo que a veces pasa desapercibido.

-¿En qué hay que incidir para combatir esa dificultad al tragar?

-La estructura de la charla pasa por explicar qué es una deglución normal, cuáles son órganos que intervienen, qué hace el cerebro para que sea posible. Y después vamos a entrar, porque la idea es que sea muy práctica, en cuáles son los signos o síntomas que nos pueden hacer pensar que un familiar tiene esta alteración y cómo podemos actuar.

-¿Cuáles son esos síntomas?

-Pues por ejemplo carraspeo después de comer, tos, hay personas que se quedan con una voz un poco húmeda después de comer, les entra un sueño raro...

-Además de seguirse unas pautas en cuanto a posturas y utensilios hay alimentos que se deben evitar. ¿Cuáles?

-Una vez que la disfagia está diagnosticada, hay tres tipos de dietas. Si la disfagia es grave, una dieta turmix o triturada; después hay una dieta de transición, y si es leve solo habría que modificar los líquidos. En líneas generales los alimentos prohibidos son aquellos que tienen doble textura, sopa, lentejas, es decir, aquellos que tienen un líquido y un sólido, también frutos secos, pan tostado y alimentos que suelten un líquido, como una mandarina o una sandía.

-Cuando la disfagia es grave, ¿hay más que la comida triturada?

-En esta época está muy de moda, hay casas comerciales que sacan productos. Antes solo había la dieta turmix, se hacía la comida y se mezclaba todo. Ahora ya hay productos que permiten trabajar los alimentos por separado y que ofrecen una presentación bonita. El preparado mantiene el sabor, a lo que se va es a la calidad de vida. Lo principal de la nutrición es que sea segura y eficaz y que no produzca problemas respiratorios, pero hoy hay muchos avances para hacerla atractiva.

-¿Puede haber desnutrición si la disfagia no se combate?

-Es muy habitual. Las personas van comiendo cada vez menos porque tienen dificultad. Ellas mismas rechazan la comida y poco a poco van perdiendo peso. También hay que incidir en las aspiraciones silentes, en las que la comida va directamente al pulmón y para el familiar es muy difícil de detectar, imposible. Pero la alimentación sólida debe mantenerse el mayor tiempo posible.