Las unitarias buscan alumnos casa a casa

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Padres y maestros se vuelcan para que las escuelas rurales de la comarca cuenten con nuevos pupilos

01 mar 2018 . Actualizado a las 13:47 h.

Hoy es un día importante en todos los colegios y escuelas unitarias. No en vano, se abre el plazo de inscripción de nuevos alumnos, un período cada vez más temido debido a la bajada de la natalidad. Si en los centros grandes, incluso en algunos del centro de Pontevedra, empiezan a verle las orejas al lobo por el previsible descenso de matrículas, en las escuelas unitarias del rural, en las pocas que continúan abiertas, los números, salvo excepciones, suelen ser bastante peores. Pero, de momento, no hay sensación de derrotismo ni brazos caídos. Todo al contrario, maestros y sobre todo padres, amén de algunos concellos, están buscando niños familia por familia para incentivar las matrículas. Dicen los progenitores y los profesores que hay muchos padres que todavía creen que las unitarias de hoy en día son «como as escolas da aldea de antes, onde había un bolígrafo e punto» y quieren animarlos a conocer la realidad y darse cuenta de que «están dotadas dos mellores recursos».

En la comarca de Pontevedra, donde en los últimos años no dejaron de cerrar unitarias, quedan actualmente 19 escuelas rurales operativas. Las que están ubicadas en Caldas y Vilaboa lograron constituirse en CRA (Colegio Rural Agrupado) para tener más fuerza. Y lo cierto es que están logrando tirar de la matrícula, pero a base de mucho esfuerzo. Pongamos ejemplos. En Caldas, la escuela con más peligro aparentaba ser la de Santo André, ya que este año tiene el número mínimo de alumnos que permite Educación, seis. Padres y profesora llevan tiempo trabajando a fondo para alejar el fantasma del cierre. Lo contaba ayer uno de ellos, Marco Antonio Mirás: «Eu por exemplo teño uns amigos con un neno que se vai matricular este ano e animeinos a ver a escola, expliqueille o que alí se fai e penso que se deron conta de que é un privilexio contar coa unitaria. E así o estamos facendo, falando coas familias da zona que teñen nenos, movéndonos como podemos, porque é unha pena que isto acabe pechando para sempre».

Reunión y ofrecimiento

También están con miedo en la unitaria de Curro. La profesora indica que la previsión es que se vuelva a quedar con seis niños, como este año. Así que la comunidad educativa también está haciendo campaña por la escuela. En Portas, suma y sigue. Ayer mismo estaba previsto una reunión entre padres y maestras para ver cómo luchar por las escuelas. Una de las profesoras incluso se ofrece a hacer una especie de Plan Madruga sin cobrar. Sabe que su idea suena rara. Pero prefiere eso a enfrentarse al cierre.

«O da matrícula é unha loita ano tras ano, é unha pena»

Conchi Muñiz es una de las madres que intenta que las escuelas unitarias se mantengan abiertas. Reconoce que no es fácil: «O da matrícula é unha loita ano tras ano, é unha pena». Quizás muchos se convenciesen de las ventajas de las escuelas simplemente contándoles su experiencia. A ella le queda más cerca un colegio de Caldas que la unitaria de Santo Andrés. Optó por la aldea. Y está encantada. «Os nenos están como na familia, é un trato próximo», dice.

«É unha marabilla que as aldeas sigan coas escoliñas»

Los concellos también tienen una misión importante en cuanto a escuelas rurales. No en vano, se encargan de las instalaciones y además suelen sumarse a la lucha para que no cierren estas aulas. Víctor Estévez, alcalde de Portas, habla así de ellas: «É unha marabilla que as aldeas sigan coas escoliñas, non teñen nada que ver co que había antes, son mil veces mellores. Nós procuramos facer todas as obras que nos piden as mestras, por suposto que si».

«Teño ordenadores, pizarra dixital e biblioteca na aula»

Montse Bahamonde es una de esas profesoras convencidas de la enseñanza rural. Lleva desde el 2008 en la unitaria de Romai y habla así de los recursos con los que cuenta: «Teño ordenadores, pizarra dixital e biblioteca na aula, é un privilexio». Cuenta luego que trabaja codo con codo con la profesora de la otra unitaria de Portas, la de Lantaño, y que hacen proyectos en común. Montse también trabaja con poesía o mindfulness.