Un dragado por fases prioriza un plan para la navegabilidad del Lérez

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Oscar Vázquez

La falta de consenso frena la intervención ambiental en los bancos marisqueros

13 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El dragado del canal del Lérez, entre el cabo de Os Praceres y el puente de As Correntes, en Pontevedra, está bloqueado desde hace meses. El proyecto sufre de la falta de avances, como consecuencia de las diferencias hasta ahora insalvables dentro del sector pesquero de la comarca, y con reticencias también de algunos partidos políticos como Marea Pontevedra y colectivos ecologistas. Varias fuentes señalan que la Xunta está valorando una salida intermedia a la alternativa de ejecutar el proyecto inicial, -al que se oponen entre otros de las cofradías de Portonovo y Bueu y los bateeiros- y la tramitación desde el principio de un nuevo plan. La solución que se está sopesando, según estas fuentes, es la división de esta actuación al menos en dos fases. Con esta fórmula, se llevaría a cabo la parte de la obra que no ha suscitado alegaciones ni protestas en los colectivos marítimos.

La aplicación de este cronograma implicaría, si se lleva finalmente a término, que se ejecuten las medidas adecuadas para garantizar la navegabilidad en la desembocadura del Lérez. Esto se correspondería a una parte pequeña del programa ambiental diseñado por Portos en su día. Según explicaron fuentes del sector, la actuación que repercutiría directamente en los bancos marisqueros, en el canal exterior del Lérez, y también el punto de depósito al oeste de Tambo, deberá esperar a que exista consenso.

La navegación en la desembocadura del Lérez se encuentra seriamente amenazada en condiciones de marea baja por causa de la excesiva acumulación de fangos, restos vegetales y otros sedimentos arrastrados por el Lérez a lo largo de la última década. La situación ha llegado al extremo que el Club Naval de Pontevedra ha denunciado hace pocas semanas que uno de sus tres pantalanes está inutilizado por la acumulación de fango, mientras que los lodos suponen ya también un riesgo real para la viabilidad de su pantalán central. De hecho, solo hay que ponerse, por ejemplo, en el puente de A Barca cuando hay bajamar. Desde esa perspectiva se ve perfectamente el avance de los lodos que cubren el cauce.

Si finalmente la Xunta opta por la ejecución en fases del proyecto del dragado, la intervención en la zona próxima al puente de As Correntes y el Club Naval se podría agilizar para su licitación a lo largo de este año. No parece probable que, aunque adopte esta vía, se pueda llevar adelante este mismo año porque los dragados se suelen hacer aprovechando la primavera. La tramitación administrativa de esta hipotética primera fase, aunque más ágil que el proyecto completo, difícilmente podría estar a tiempo en el 2018, pero sí podría quedar lista para su realización en el 2019.

Por su parte, la obra más relevante es el dragado del canal del Lérez, especialmente entre As Corbaceiras y el cabo de Os Praceres, donde se encuentra el banco marisquero del río. La obra incluiría la reapertura de los boquetes que comunican con los ámbitos marítimos a ambos lados del canal, y que ahora están cegados por el lodo.

En principio, nadie se opone a esta actuación, sino a la zona de destino prevista para el depósito de los áridos que se extraen de este ámbito. Se prevé que se distribuyan al oeste de Tambo, medida a la que se oponen las cofradías de Bueu y Portonovo, por el temor de su impacto en la navaja y la pesca. Y Portos, por su parte, ha dicho en reiteradas ocasiones desde hace meses que sin consenso no hará ahí ninguna obra.