Durante 22 años esta experta gastrónoma ha sido un pilar fundamental en el concurso dedicado al postre del entroido
11 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Desde la primera edición, en 1996, Araceli Filgueira ha formado parte del jurado del concurso de la Festa da Filloa, organizada por Radio Voz en colaboración con el Concello de Pontevedra, y su balance de esta experiencia es muy positivo. Tras 22 años de fidelidad a este evento de exaltación del dulce del entroido por excelencia, la escritora gastronómica ha pedido el relevo para dejar paso a nuevas generaciones.
-¿Como ha visto la evolución de la Festa da Filloa en estas más de dos décadas?
-Dedicar una fiesta a filloa fue un acierto y la verdad es que este concurso ha hecho un gran esfuerzo por difundir y conservar un producto tan nuestro. Lo que lamento es que no se haya extendido a otros dulces de carnaval, como las orejas y las flores, y que esa importante labor de promoción de la filloa no se haga también en la hostelería. En Galicia no encuentro, como ocurre en Francia con las creperías, restaurantes que tengan la filloa como plato estrella, sean dulces o saladas.
-¿Cree que el concurso ha primado la tradición sobre la innovación?
-El concurso ha velado todos estos años por que se conservara esa filloa de casa de toda la vida y por que las innovaciones se hicieran sobre la base de esa receta tradicional con leche, huevos y la harina como ingredientes principales, y luego ya, los aromas o aditivos que se quieran. Creo que hemos conseguido las dos cosas, que se conservara esa tradición y que a la vez se innovara con recetas buenísimas y realmente sorprendentes, como las filloas de calabaza que se presentaron en algunas ediciones o las aptas para celíacos, que son muy de elogiar. Mantener la tradición es fundamental, pero también es importante dar la posibilidad de innovar. Hay que estar abiertos.
-¿Cuál es su receta particular de la filloa?
-Mi receta es la que viene en el libro Cocina Gallega. Huevos, harina, leche, que yo mezclo con agua, ralladura de limón y un poquito de orujo u otro licor. No soy partidaria del anís porque creo que le da un sabor excesivamente fuerte. Cualquier añadido tiene que ser muy suave, incluso la esencia de limón o la canela, si se le echa en la base. Lo importante es que la filloa no tenga unos sabores excesivamente marcados. Igual que cuando las haces de caldo, no deben saber chorizo. Tiene que ser un caldo suave.
-Se que le hace especial ilusión ver como la gente joven sigue haciendo filloas.
-Me hace muchísima ilusión que en el concurso participe gente joven con las filloas que ya hacían sus abuelas y que sean capaces de ganar un premio dándole su propio toque personal. Como también me hace muchísima ilusión que concurse gente tanto de la ciudad como de los pueblos y parroquias del rural, donde se hacen buenísimas filloas.
-¿Cuántas filloas habrá probado en 22 años como jurado?
-Una barbaridad. Piensa que las probamos todas y ha habido años en que se presentaron hasta noventa lotes de filloas.
-¿El fallo siempre es difícil?
-Siempre, siempre... porque el nivel es alto. Las buenas hay que probarlas varias veces para elegir las mejores. Y cuando ya seleccionaste las tres finalistas, lo más difícil es decidir a cual le das el primero, el segundo y el tercer premio.
-¿La gente se lo toma muy a pecho lo de ganar?
-Bastante. Hay quien las hace muy bien, que se esfuerza mucho, y se disgusta si no lleva premio. Pero, claro, es porque alguien las ha hecho mejor ese año y te ha superado. A todos nos pasa, con este y otros platos, que una veces nos salen mejor y otras peor. Depende de muchas cosas, de lo que hayas dejado reposar la masa, del tipo de harina que uses, de si los huevos son o no de casa, de la sartén o la plancha que utilices.... En todo caso, premiadas o no, te encuentras filloas estupendas. Ya me gustaría a mí que me salieran así de buenas. Y animo a toda la gente a que siga participando en el concurso con la misma ilusión y a que disfrute de esta fiesta tan bonita.
-¿Se ha quedado con alguna receta ganadora?
-En este concurso he aprendido mucho del esfuerzo y del interés que le ponen los participantes. Sí que apunté algunas recetas muy buenas y comprobé que la base es más o menos siempre es la misma, con algunas variaciones en la forma de hacerlas.