El pleno está que echa humo

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral CRÓNICA

PONTEVEDRA CIUDAD

18 ene 2018 . Actualizado a las 12:24 h.

No es una metáfora. El pleno municipal de Pontevedra echa humo. Literal. Al menos, así lo denunció en la última sesión el portavoz de Marea, Luís Rei, que llamó la atención sobre algunos concejales que se estarían saltando en cada sesión la legislación antitabaco. Resulta que es práctica habitual que haya ediles que «desaparecen» momentáneamente de sus puestos y esas ausencias suelen coincidir con un olor a tabaco que se extiende por el patio de butacas y por el escenario del Teatro Principal. Se dice que hay algunos concejales que fuman en la puerta que da a la calle en un lateral del escenario, mientras que otros lo harían en los baños que hay en el nivel inferior.

Sea como sea, a Luís Rei se le agotó la paciencia en el último pleno -que duró nada menos que cinco horas y ocho minutos-, y así lo manifestó en el turno de ruegos y preguntas. «Vemos pleno tras pleno que chega o cheiro a tabaco, e iso non é respectar a normativa. ¿É tan difícil facer cumprir o que establece a lexislación en materia de consumo de tabaco?». El alcalde, para sorpresa de muchos, respondió afirmando que no le consta que haya ediles que se salten la legislación antitabaco durante los plenos, aseguró que se interesará por el asunto y bromeó afirmando que «faremos unha medición».

Pero en el pleno no solo hay humo de tabaco. En la última sesión saltaron chispas cuando el PSOE y el PP interpelaron al alcalde sobre el plan de compost, la situación en Monte Porreiro y el pago por los terrenos en A Canicouva en los que se pretende ubicar la planta de tratamiento.

En un principio el regidor delegó la respuesta en el concejal César Mosquera, pero cuando el portavoz del PP le llamó «cobarde», Fernández Lores saltó. Y lo hizo con un vehemente discurso en el que no dejó títere con cabeza. Cargó contra la oposición -«non lle chegan a Mosquera nin a altura dos zapatos»- y también contra los vecinos de Monte Porreiro que asistían al pleno, a los que recomendó «estar caladiños» y recriminó que hagan «un escándalo por un composteiro comunitario».

El portavoz del PP, Jacobo Moreira, dejó pasar cinco días desde el pleno -seguramente mientras apagaba el fuego que él mismo encendió al no apoyar una moción del PSOE pidiendo equiparación salarial entre los cuerpos policiales- para exigir al alcalde que se disculpe «con los vecinos y con los grupos de la oposición».

Quedan aproximadamente quince plenos para que remate el mandato, y a buen seguro que el nivel de tensión va a ir in crescendo hasta las elecciones. Seguro que más de un concejal va a echar de menos no poder seguir fumando en el baño.