Adiós a un clásico de la gastronomía del Lérez

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

LÓPEZ PENIDE

Con su jubilación en los fogones, el emblemático restaurante Corinto echó el cierre esta Navidad

30 dic 2017 . Actualizado a las 05:10 h.

Si es un adiós definitivo o un hasta luego solo el tiempo lo dirá. Por lo pronto, la gastronomía de la ciudad de Pontevedra se ha quedado un poco más huérfana con el cierre esta Navidad del Corinto, uno de los restaurantes emblemáticos por el que han pasado personalidades de la cultura, de la política, caso del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, o la presidenta del Congreso, Ana Pastor, o del deporte de élite, como Gómez Noya.

Nieves Ucha Caramés, quien ha estado al frente de los fogones del Corinto en esta última etapa, se jubila sin, en principio, vislumbrarse un relevo a corto plazo. «Son muchos años y tengo los brazos muy mal, me tengo que operar», señala para explicar su decisión.

La historia del Corinto es la historia de un restaurante que, en sus inicios, fue una tienda de ultramarinos abierta por sus abuelos «donde había un poquito de todo». Ya por entonces, su familia cosechaba vino, circunstancia que se encuentra detrás de que el negocio terminase siendo bautizado como Corinto. «Hace referencia a estas uvas», insiste para, acto seguido, relatar cómo pronto comenzaron a ofrecer cuncas a los clientes del ultramarinos.

Y pasó lo que tenía que pasar. Como reza el dicho, «tinto con jamón es buena inyección». Los clientes empezaron a demandar algo que acompañase al vino y de la cocina comenzaron a salir tapas de jamón, tortillas, pescaditos fritos... Y el ultramarinos pasó a ser un bar-tienda para, posteriormente, convertirse en una suerte de taberna.

Sin embargo, la gran transformación llegaría en la década de los setenta de la mano del marido de Nieves Ucha, José Luis Buján, quien falleció en el 2009. «Tiramos con todo y fue cuando comenzó el Corinto», rememora Nieves, quien estos ocho años ha contado con sus dos hijas para sacar el negocio adelante.

Es en este punto cuando surge una cuestión recurrente entre los numerosos clientes que les insisten para que continúen: «¿Habrá relevo generacional?». «En principio, vamos a descansar un poquito y a ellas les viene bien porque esto es muy sacrificado y llevan trabajado duro, muy duro, porque lo cogieron con mucho ímpetu y muy bien», deja claro Nieves, quien siempre ha apostado por una cocina tradicional, una forma de entender los fogones que fue reconocida dos años atrás con el Premio de Gastronomía de Galicia en la categoría de Toda unha vida dedicada á Gastronomía Galega.

En cuanto a los que van a añorar sus platos, Nieves les recuerda que «hay otros restaurantes también muy buenos en Pontevedra. No solo estaba yo, que empecé de la nada, como quien dice... Siempre he hecho la cocina tradicional, la de toda la vida, la que hacía mi abuela y mi madre. Eso sí, todo con producto muy bueno y natural».

«Todos los mariscos, pero las centollas son inconfundibles. Las centollas del Corinto siempre llenas y si salía una que no lo estuviera, ya ni se llevaba a la mesa. El camarón, también... Todo de la ría y auténtico, todo fresco. Iba todos los días a la plaza a comprar. Y el pescado, de lo mejorcito, pero también el cabrito lechal, el salpicón de bogavante, que también es inconfundible», contesta Nieves cuando se le pregunta por lo que más ha caracterizado al restaurante desde que abrió sus puertas como tal allá por 1975.

Las recetas, una herencia

Y qué ocurrirá ahora con todos estos platos que han dado tanta fama al Corinto. Nieves Ucha es contundente al respecto. «Esas recetas son de mis hijas. Es herencia de ellas y no se las voy a dar a nadie más», asegura, al tiempo que descarta imitar a otros grandes chefs y cocineros publicando su propio recetario. «Esto quedará ahí y que luego ellas hagan lo que quieran, que son más inteligentes que yo y están más preparadas».

Ante la proximidad de la venida de los Reyes Magos, Nieve solo pide «salud y tranquilidad».