Cinco mil personas recurren al Banco de Alimentos para pasar la Navidad

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

Los hombres de más de 50 años con pensiones muy bajas son los más necesitados

12 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En la nave del Banco de Alimentos de Pontevedra trabajan a destajo una docena de personas para clasificar y almacenar 125 toneladas de alimentos recogidas en la ciudad el pasado 1 y 2 de diciembre para la campaña de Navidad. Los primeros cálculos prevén que a lo largo del mes unas cinco mil personas recurran a la solidaridad para pasar las fiestas navideñas. Las cifras son similares a las de años anteriores, pero el perfil del demandantes ha ido variando durante la crisis. Voluntarios del Banco de Alimentos ven ahora más necesidad en familias de entre 50 y 60 años con pensiones que no le alcanzan para cubrir las necesidades básicas. Muchos de ellos con hijos e incluso nietos a su cargo. «Ahora este grupo está más generalizado, aunque tengan empleo, no es suficiente, son salarios precarios», señala José Luis Doval, uno de los portavoces de este colectivo solidario.

El Banco de Alimentos ha cogido una nave para todo lo recolectado el primer fin de semana de diciembre. Ahora irán repartiendo entre una treintena de asociaciones, colectivos e iglesias de la comarca. Será desde ahí desde donde den cobertura a los más necesitados. Son el último eslabón de una cadena solidaria que en Navidad duplica su repercusión. En noviembre el almacén estaba a cero. Ahora calculan que la mercancía dure, como mínimo, hasta mediados de enero.

«Estamos empezando a hacer algún reparto»

Durante este mes, José Fernández apenas descansa. Ayer hablaba desde la nave del Banco de Alimentos, en la avenida de Lugo, donde se encarga de recoger el material empleado en la campaña de los supermercados de principio de mes. Sus compañeros clasifican los alimentos donados y otros, gestionan las peticiones para hacer el reparto. Una maquinaria perfecta en la que Fernández, con 64 años, tiene volcada su vida desde hace dos años. «Vivo cerca del Banco y soy funcionario en la reserva, estoy ocupado y además ayudo a los demás», explica. Se hizo voluntario porque tiene desde muy joven una fuerte vocación de servir al prójimo. Lo hace ahora en su tiempo libre y lo hizo toda la vida como militar. No entiende hacerlo de otra forma. «Estamos empezando a hacer algún reparto, hoy (por ayer) ya hemos entregado a la Asociación de Monte Porreiro su caja», explica mientras clasifican por fecha y producto lo donado. Acude cada día de nueve a una y de cuatro a siete durante el tiempo de la campaña. «Me permite estar activo después de 43 años de servicio», comentaba José Fernández ayer por la tarde. Su mujer estuvo también en el Banco de Alimentos. «A mi familia le pareció muy buena idea, mi esposa estuvo aquí al principio, pero por motivos de trabajo tuvo que dejarlo», señala Fernández, que en sus años de militar ha servido en numerosas misiones extranjeras. Esta es, para él, una más. En este caso la que ha tenido más cerca de su casa.