De las escaleras acuáticas de Amil al árbol volador de Vilanova

La Voz

PONTEVEDRA CIUDAD

11 dic 2017 . Actualizado a las 05:05 h.

Pontevedra, O Salnés y Deza-Tabeirós registraron ayer centenares de incidencias relacionadas con la caída de árboles y uralitas o también avisos por inundaciones en calles y alcantarillas que no dejaban de rebosar. Hubo algunas anécdotas. Por ejemplo, en Amil algunos vecinos mostraron su enfado porque consideran que después de los trabajos que se hicieron en el santuario las cosas no quedaron como deberían y ayer las escaleras del lugar estaban completamente inundadas. De hecho, a media tarde, más que unos escalones de piedra parecían unos escalones acuáticos. Más allá de Amil, en Pontevedra, además de un reguero de incidencias tales como caídas de muros o de postes de telefónica y eléctricos, los bomberos tuvieron que pararle los pies a una antena parabólica que había tomado vuelo en un tejado y amenazaba con caerse a la calle. Ocurrió en José Millán. En Vilanova, por su parte, la que salió por los aires fue la mismísima Navidad. No en vano, uno de los árboles de luces que adornan el casco urbano se cayó por culpa del viento.

Por otra parte, en Silleda el mal tiempo dejó a los vecinos sin la Festa do Porco. Hubo incluso que desmontar la carpa bajo la lluvia. Y en Barro también hubo que suspender el tradicional mercadillo de las tardes dominicales.