Una legión de espadachines del siglo XXI

Aleixandre Méndez
Aleixandre Méndez PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

Adrián Cubela lidera un club que cuenta con 110 tiradores con licencia y trabaja con casi 300 deportistas en total

27 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La historia de la Escola Hungaresa de Pontevedra es un vivo ejemplo de cómo el amor por un deporte se puede convertir en una forma de vida para una persona que, además, se ha empeñado en compartir esta pasión con los demás. Así se explica el idilio entre Adrián Cubela y la esgrima, que hace casi diez años formalizaron su relación con la creación de un club que no ha dejado de crecer desde entonces.

«Yo estaba estudiando en Barcelona teatro, cine y audiovisuales, y empecé a practicar esgrima paralelamente. Y al final siempre recurro a la misma frase, pero es mi verdad: lo que era mi profesión se acabó convirtiendo en mi afición, y lo que era mi afición, la esgrima, se convirtió en mi profesión», relata Cubela, que deja entrever su satisfacción con la opción de vida que ha elegido.

Tras este flechazo, al volver a su Pontevedra natal tuvo claro que su futuro debía estar ligado a la esgrima. Y con la colaboración de su maestro en la ciudad condal se puso manos a la obra. «Comenzamos a finales del 2007, y en marzo del 2008 estábamos arrancando ya las clases», recuerda.

Los inicios, como suele ser habitual, y más cuando se trata de un deporte minoritario, no fueron sencillos, con apenas cuatro tiradores en el club. Pero, a partir de entonces, el crecimiento ha sido exponencial. «Ahora mismo tenemos 110 licencias, lo que nos convierte en el segundo club de Galicia», desvela Cubela. Y junto a estas, la Escola Hungaresa también participa en el programa de escuelas deportivas municipales de Pontevedra, además de fomentar su deporte a través de actividades extraescolares y otras acciones de promoción. «Ahora mismo estamos dando clases a casi 300 personas», apunta con orgullo el pontevedrés, que cuenta actualmente para esta labor con el apoyo de otros cuatro entrenadores y un preparador físico. Por eso, echando la vista atrás, no oculta que lo que han conseguido ha superado sus expectativas. «Es increíble -analiza-. Es cierto que estamos trabajando muy duro y que a todos los que estamos en el club nos mueve la pasión. Y al final, creo que eso es lo que hace que llegues a la gente», añade.

A lo largo de este camino no han faltado éxitos deportivos de calado, incluyendo numerosas medallas en campeonatos de España para un club que imparte las especialidades de florete, espada y sable, aunque Cubela aclara que están más centrados en esta última modalidad. Pero cuando se le pregunta sobre cuál considera que ha sido el mayor logro del club en estos años, su discurso se centra en otras motivaciones. «Lo más importante es el creer que hemos aportado un granito de arena en la educación de todas esas personas a las que hemos llegado, sobre todo en los más pequeños. No me mueven mucho los logros estrictamente competitivos», asegura.

Por otra parte, en los últimos años el club ha ampliado sus horizontes, de los que Cubela se muestra muy orgulloso. «Hemos introducido nuevas modalidades como la esgrima histórica, que habitualmente la imparten asociaciones o clubes especializados, y nosotros hemos roto un poco esa barrera al apostar por integrarla, ya que al fin y al cabo se trata del mismo deporte», explica. Un empeño que ha tenido como resultado, además, la creación de una liga gallega de competición que esta temporada ya tendrá carácter oficial, y que está teniendo una gran acogida también por razones inesperadas. «Ahora, con la fiebre de Juego de Tronos, se ha vuelto un poco locura, ya que es muy divertida para gente que busca otra cosa que no sea la esgrima olímpica de competición manejando réplicas de armas antiguas», apunta.

Pero lejos de conformarse con lo conseguido, Cubela ya piensa en el futuro. Y cuando habla de él, menciona múltiples proyectos. «Los objetivos de competición los dejó para los deportistas. Y a nivel de club, intentaremos aprovechar este décimo aniversario para continuar creciendo, desarrollar iniciativas en la calle para seguir dándonos a conocer e implantando nuevas modalidades», explica Cubela. Y desvela uno de esos proyectos que más ilusión le hace. «Estamos trabajando en una iniciativa a nivel europeo, porque somos el primer club nacional que promueve la esgrima para ciegos y personas con visibilidad reducida, coordinándonos con otras entidades de Suecia, Francia e Italia. Y el reto es implementar aquí esta modalidad, que en otros países ya cuenta con cierto desarrollo pero que no goza de oficialidad competitiva, y convertirla en una disciplina paralímpica, como ya sucede con la esgrima en silla de ruedas», avanza.