«Con 12 años, luchar contra la empacadora era como un juego»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

emilio moldes

Con «Empacadora. 20 anos despois da loita» recupera en este documental la respuesta del movimiento vecinal

13 oct 2017 . Actualizado a las 16:46 h.

Tenía 12 años cuando sus vecinos se movilizaron para impedir que una empacadora se ubicase en Vilaboa. Tais Feijoo Rodríguez, realizadora del documental Empacadora. 20 anos despois da loita, vivió todo aquello a «una edad complicada. Estaba entre ser una niña y empezar a entender el mundo. Aprendí a ver las cosas de otra manera, cómo funciona la política o la policía. De pequeña la tienes como idealizada y ver que, muchas veces, pegan a tus vecinos... Eso te impacta», apunta quien reconoce que «en mi casa se vivió intensamente».

-¿Al realizar el documental ha cambiado el recuerdo que tenía de aquellos días?

-Sí. A raíz de hacer las entrevistas ves otras cosas y las analizas con la mente de una persona de 32 años. De aquella, para mí muchas veces era un juego... Lo de las cruces en la carretera, cuando íbamos a tirarle basura a un concejal. Con 12 años es divertidísimo, pero desde un punto de vista adulto te das cuenta de su repercusión.

-¿Qué percibió entre las personas entrevistadas?

-Hay de todo, pero se sacan dos conclusiones fundamentales. Que se sufrió mucho, se peleó mucho, pero que también quedó un poso de unión. Hubo muchas amistades que se forjaron en aquel momento y esa sensación de unión entre las dos parroquias es lo más bonito.

-¿Mereció la pena?

-Sí, con creces. No solo es el hecho que no se pusiera la empacadora, que evidentemente es el logro más grande, sino que consiguieron que toda una generación de niños, la mía, nos llevásemos una lección muy importante.

-Antes aludía a lo de tirar basura a los ediles, lo que hoy son escraches. ¿No eran el último eslabón de la cadena de decisiones políticas?

-Puede ser, pero creo que cada uno, y esto a lo mejor es mi visión idílica, tiene un poder de decisión. Pudo ser el escalafón más bajo, tenía mucha gente por encima, pero pienso que siempre tienes un margen de decisión. Se puso a medio pueblo en contra y el pueblo reaccionó.

-¿Cuantas entrevistas han realizado para el documental?

-Si no me equivoco, hemos entrevistado a 52 personas. A nivel personal, evidentemente, de 12 a 32 años he cambiado una burrada y había gente que no me reconocía, pero yo a ellos sí. Tengo sus caras grabadas y, a pesar de todo el tiempo que ha pasado, me produjo la sensación de que estaba delante de un superhéroe o algo así.

-¿Cuál fue el testimonio que más le ha impactado?

-Lo que más me chocó fue la gente más mayor que participó, que ya por entonces tenían sesenta y pico años. Y la unión. No sé si sería posible eso mismo hoy en día si se volviera a repetir el conflicto. No sé si es porque siento que somos un poco más dejados ahora...

-Esta era precisamente mi siguiente pregunta. ¿Una lucha como la de hace dos décadas podía darse en la actualidad?

-Me encantaría pensar que sí, pero no estoy segura. Supongo que también funcionaría de otra manera por Internet y las redes sociales. A lo mejor se le podía dar un bombo desde el punto de vista de los afectados que de aquella era muy limitado. Quizás a nivel mediático tendría una repercusión más grande, pero no sé a nivel personal la involucración hubiera sido tan grande como entonces.