Los dos acusados terminaron siendo expulsados de la sala
06 oct 2017 . Actualizado a las 05:05 h.Asegura que el día en el que se produjo la agresión a un joven marroquí en las inmediaciones de una discoteca de Pontevedra estaba ebrio y ebrio se sentó ayer en el banquillo de la Audiencia. A la vista del estado que presentaba F. P. V., el presidente de la sección segunda requirió que fuese examinado por un forense, quien no hizo sino confirmar las sospechas del magistrado.
El acusado estaba borracho. O lo que es lo mismo, había trasegado alcohol en cantidad suficiente como para que le afectase a sus facultades intelectivas y volitiva.
Ante tal evidencia, se solicitó la suspensión y su aplazamiento para la semana que viene, a lo que el magistrado accedió. Esta decisión no gustó nada a F. P. V. -quien aprovechó para sostener que también aquella noche estaban borrachos- ni a su compañero de banquillo, G. P. M., quien también mostró a viva voz su disconformidad. Este último estuvo, en todo momento, escoltado por una patrulla de la Policía Nacional ya que está recluido en la prisión de A Lama por otros hechos distintos a los que se juzgaban ayer.
La tensión se fue incrementando e, instantes después, G. P. M. era expulsado de la sala de vistas. F. P. V. no tardaría en seguirle, ya que comenzó a reprochar a los fotógrafos desplazados al juicio que le tomaran imágenes.
Su expulsión no sirvió para enfriar los ánimos, ya que un conocido de este último que se encontraba entre el público se sumó a los insultos hacia los reporteros gráficos llegando a encararse con una de las profesionales desplazadas.
El juicio, en el que el fiscal solicita para ambos tres años y medio por una agresión a un joven al que propinaron patadas y puñetazos, así como lo golpearon con cinturones que tenían hebillas metálicas, se retomará el martes.