El triatleta empeñado en alejar la meta para disfrutar del camino

Carmen García de Burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

MARTINA MISER

Comenzó a practicar salvamento con 12 años y acaba de coronarse subcampeón del Desafío Illas Cíes

05 oct 2017 . Actualizado a las 13:24 h.

Hace dos semanas cerraba la que ha sido su temporada más larga desde su desembarco en el triatlón, a carrera cada 15 días desde febrero. Lo hizo quitándose la espina que llevaba clavada 365 días, subiéndose al segundo escalón del podio del Desafío Illas Cíes. Una prueba de media distancia (de 1.900 metros a nado, 90 en bicicleta y 21 a pie) que Ismael López González (Caldas de Reis, 1988) había dominado en su edición anterior hasta «que el cuerpo me empezó a decir basta», dejándolo a las puertas de la tierra prometida con un cuarto puesto y con sabor a chocolate amargo en los labios.

La dulzura del subcampeonato asociado a ese pequeño pedazo de paraíso en Galicia que son las Cíes anima al mejor deportista del Club Triatlón Vilagarcía Atenas Runnig VDA a hablar con optimismo de su futuro, tras repasar antes un pasado deportivo surgido del fondo de las aguas de la piscina de su Caldas de Reis natal, y que incluye podios autonómicos y nacionales en el duatlón y el triatlón.

Benjamín de su actual club con 29 años, afincado en Vilagarcía desde hace 2 por cuestiones familiares, Ismael López empezó en el deporte del salvamento con 12 ó 13 años, recuerda, en el Umia caldense. Una disciplina y un club que llegó a compaginar un par de temporadas, ya en la veintena, con el equipo de waterpolo de Padrón, el que más cerca encontró para probar cómo se le daba nadar con una pelota en la mano. Pero fue alcanzar su cénit en el salvamento, campeón gallego individual de aguas abiertas en el 2010, y «lo dejé», recuerda. «Paré un par de años de competir. Nadaba, salía a correr, y hacía algo de bici de montaña, pero muy ligero».

Probando cosas

Con este tipo de hábitos en el 2012 se le dio por verse en un triatlón. En Bueu y en Pontevedra. De modalidad esprint, la más corta, (750 metros a nado, 20 en bicicleta y 5 a pie), «más que nada, por probar otra cosa. Y me gustó. Vi que mejorando podía estar adelante». Y para mejorar «lo realmente importante era encontrar un entrenador».

Mandó correos electrónicos a varios equipos, y el Club Natación Ribeira lo convenció. Con Juan Carlos Brión, «un buen entrenador, que me hizo mejorar muchísimo. Con él fue con quien exploté, pasando de acabar bien, a acabar arriba», relata el triatleta.

El subcampeonato de España de triatlón de grupos de edad en distancia olímpica (1,5 kilómetros a nado, 40 en bici y 10 a pie), en su primera temporada competitiva, la del 2013, reflejó el crecimiento que empezó a experimentar el caldense hoy afincado en Vilagarcía. En una categoría entonces, cierto es, por debajo de la élite en la que compiten los grandes nombres del deporte del tres en uno.

Fue en el 2014 cuando «corrí en élite por primera vez», quedé 39 en el Campeonato de España celebrado en Las Águilas, firmando el subcampeonato gallego de duatlón un año después, también élite.

Cambio de club

Decidió entonces Ismael cambiarse de club. No porque no estuviese a gusto en el C.N. Ribeira, todo lo contrario. Pero es que su grupo de compañeros y amigos de entrenos dominicales en bicicleta habían decidido montar la sección de triatlón del Atenas Running VDA en Vilagarcía, justo cuando se afincó allí. Y tras un primer año entrenándose sin guía, en el 2017 se puso bajo las manos de su excompañero en el equipo de waterpolo de Padrón Héctor Tarrío. Con él «mi mejoría en bicicleta fue notable, y corriendo también soy mucho más solvente ahora en distancias largas».

En media distancia, además de su plata en las Illas Cíes, fue bronce en el Campeonato Gallego de Triatlón, solo por detrás de dos habituales en pruebas internacionales, Pablo Dapena y Alberto Castiñeiras, volviendo además este año al Campeonato de España Élite de Distancia Olímpica, con un puesto 50 en Valencia.

Sin pretensiones profesionales, con la única motivación de fondo de «seguir disfrutando de esto», la intención de López es volver a la cita nacional en el 2018, pero de media distancia, donde «creo que puedo ser competitivo». Y si bien con sus 3 horas diarias de entrenamiento, y viendo que «cada vez cuesta más mejorar», no se ve en el Top 15, «no me veo llegando aún a mi límite. El cuerpo te sorprende».