Luisito mantiene la confianza

Aleixandre Méndez
Aleixandre Méndez PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

BENITO ORDOÑEZ

El técnico cuenta con el aval de tres años exitosos en el Pontevedra

18 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La derrota encajada el sábado frente al Fuenlabrada certificó el peor inicio del Pontevedra en lo que va de siglo, con solo un punto en su casillero de quince posibles. Los actuales números del Pontevedra son incluso peores que los de la temporada 2000-01, cuando un empate frente al Atlético de Madrid B en la quinta jornada dejaba a los granates con solo dos puntos, provocando el relevo en el banquillo de Rafa Sáez.

Sin embargo, la situación actual dista notablemente de la de entonces, ya que la confianza con la que cuenta el actual entrenador granate por parte de la directiva parece, hasta el momento, mucho mayor que la que tenía el técnico pontevedrés en aquella campaña. No en vano, el propio Luisito alzó la voz en la rueda de prensa tras el duelo de Fuenlabrada para recordar su trayectoria, poniéndola como aval para justificar que merece dicha confianza. «Cuando este cuerpo técnico cogió el mando estábamos camino de Preferente, ¿mi crédito van a ser solo cinco partidos?», recordó el teense. Un discurso que, además, compartió la propia presidenta para poner coto a las especulaciones sobre el futuro del entrenador.

Atendiendo a los números, quizá resulte exagerado afirmar que el Pontevedra estuviese camino del descenso cuando Luisito tomó las riendas del banquillo en Tercera División a finales de octubre del 2014. Entonces, tras nueve jornadas, el equipo granate era séptimo con 14 puntos, a cinco del liderato que ostentaba el Choco. Pero lo cierto es que a final de curso el equipo de Pasarón acabó como campeón de la categoría, y logró en el play off el ansiado ascenso que se le había resistido las tres campañas anteriores.

Similar retorno a Segunda B

De vuelta en Segunda B, el Pontevedra firmó un más que discreto inicio de temporada que recuerda a la actual situación del equipo. Tras cinco jornadas, los granates solo contaban con cuatro puntos. Y como también recordó Luisito el sábado en rueda de prensa, a partir de entonces inició una escalada que incluso le llevó a finalizar la primera vuelta en puestos de fase de ascenso, siendo cuarto con 34 puntos. Aunque, finalmente, el Pontevedra concluyó la liga en novena posición, superando con creces el objetivo de lograr la permanencia sin pasar apuros.

Pero quizá el mayor peso que soportan ahora los granates sea la gran temporada firmada el curso pasado. En una temporada en la que el reto era de nuevo la salvación, mejorando en la medida de lo posible el año anterior, el Pontevedra firmó una primera vuelta brillante en la que se asentó en puestos de play off merced, sobre todo, a sus prestaciones en Pasarón. Y pese a perder fuelle en la segunda mitad de la competición, el equipo finalizó cuarto y disputó la fase de ascenso, cayendo en primera ronda ante el Murcia. Un éxito inesperado que ahora se está revelando como un arma de doble filo para un equipo y un técnico que no tendrán fácil alcanzar el listón establecido por el rendimiento de la pasada campaña.

La ansiedad, principal enemiga para la reacción

Frente a algunos detalles para la esperanza, como la buena primera parte completada en Fuenlabrada, la actual situación que atraviesa el Pontevedra se está convirtiendo en una losa que pesa sobre el ánimo de los jugadores, impidiéndoles en muchos casos exhibir el nivel que se les presupone. Y una buena muestra de ello es que, tras negar en semanas anteriores que los resultados estuviesen afectando al estado de ánimo de sus pupilos, el sábado el técnico ya no tuvo reparos en reconocer que «el vestuario está mal». En cualquier caso, Luisito dejó claro que «si el futbolista no es mentalmente fuerte, no puede ser jugador de fútbol», un mensaje con el que a la vez recordó a sus hombres que no es momento de bajar los brazos.

Pero precisamente esa ansiedad por remontar cuanto antes el vuelo quedó especialmente patente en Fuenlabrada. Tras el gol de Dani Fernández, el equipo granate se desmoronó y desapareció del césped, mostrando una preocupante incapacidad para reaccionar. Un lastre que obligará al cuerpo técnico a trabajar especialmente el aspecto mental a lo largo de la semana para devolver la confianza en sus posibilidades a la plantilla.

Por otra parte, la suerte tampoco ha estado de parte de los granates en este inicio de curso, ahondando en los problemas exclusivamente futbolísticos del equipo. No en vano, cabe recordar que ante el Rápido de Bouzas, aun pese al mal partido de los de Luisito, Prosi se encontró hasta en tres ocasiones con la madera, al igual que le sucedió el sábado a Jorge Hernández con un disparo al larguero que pudo cambiar el partido cuando el marcador todavía registraba un empate a cero en la primera mitad. Y quizá el mayor reflejo de esta mala fortuna haya sido el 2 a 0 encajado en Fuenlabrada, cuando el disparo de Hugo Fraile golpeó en el poste y se coló posteriormente en la portería tras rebotar en Edu, haciendo patente que la suerte, al igual que el buen juego, no están del lado del Pontevedra en este inicio de curso.