Nuevo curso, viejas rencillas

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral CRÓNICA

PONTEVEDRA CIUDAD

13 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

¡Qué pereza le da a más de uno arrancar el nuevo curso político local! Porque es una especie del día de la marmota en el que una y otra vez se repiten similares argumentos, las mismas obsesiones, viejas rencillas. Ya queda menos para el 2019 y eso cada vez va a tensar más el ambiente.

De viejas rencillas sabe mucho el Partido Popular, que esta semana lanzó un furibundo ataque a Ciudadanos, grupo al que atribuyó una «alianza» con el BNG «para negarse a devolver las plusvalías». La réplica no se hizo esperar: «Declarar que Ciudadanos se alía con el BNG es algo que a estas alturas parece un chiste de un mal cómico», apuntó ayer la representante del partido naranja, María Rey, que acusó al PP de «manipular y vender titulares».

No es nueva la trifulca entre estos dos partidos en Pontevedra. Resulta hilarante la obsesión del PP por referirse a Ciudadanos como «grupo mixto» en los plenos, -igual que el otro latiguillo al hablar de «las Mareas de Podemos»-, y tampoco hay que olvidar que desde Ciudadanos se instó a abrir una investigación a un concejal del PP por una supuesta filtración de datos privados de su portavoz.

Pero hay otras obsesiones en la vida municipal. Por ejemplo, para Marea Pontevedra a veces parece que solo existen el centro urbano y Lourizán, tal es el número de iniciativas plantadas por la plataforma ciudadana referidas a dicha parroquia. Ayer se dio otro ejemplo. «Os nenos e nenas do rural non teñen dereito á cidade», se apuntaba en una nota de prensa... para referirse al cierre de un parque en la plaza de Os Praceres. Es cierto que Lourizán es una de las parroquias especialmente agraviadas -Ence, tren al Puerto, rellenos...-, pero a alguno habría que recordarle que hay otras catorce en el municipio.

Para día de la marmota el del PSOE, que este viernes llevará al pleno una moción sobre el concurso para adjudicar el contrato del agua. Al margen de que haya supuestas causas de anulabilidad -que nunca se han tenido en cuenta en otros contratos, ni siquiera en los que licitaban los socialistas cuando eran gobierno-, será la tercera vez en este mandato en que se someta al pleno una propuesta de remunicipalizar el servicio de abastecimiento de agua (porque ese es el fondo de la cuestión). Una vez lo llevo Marea y otra el propio PSOE, y las dos veces se rechazó.

Y el gobierno local (BNG) inicia la temporada con el viejo discurso de «o conmigo o contra mí». Desde luego, no parece que pedir que se recorte en una hora el tiempo reservado de carga y descarga, o que se amplíe de quince a treinta minutos el aparcamiento en zona de servicios sea un ataque radical al modelo de ciudad.