«Estaría mejor en casa, como todos»

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Casi 17.000 alumnos de Infantil y Primaria volvieron ayer a las aulas en la comarca. Los profes, también

12 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Martín non está moi contento», anunciaba Carme Fouces, concejala de Educación, en una de las aulas de Primaria del CEIP Vidal Portela, el colegio elegido este año por el Concello para presentar el curso escolar. Martín está sentado al final de la sala, en una de las últimas filas y, dejando caer la cabeza sobre brazo izquierdo, extendido sobre el pupitre, Martín recoge el guante y responde en voz alta: «Hombre, es que estaría mejor en casa», y un espontáneo de unas filas más allá replica anónimamente: «Toma, como todos». Son algunas de las carcajadas que ayer amenizaron el regreso al cole de 8.256 niños solo en el municipio de Pontevedra al que hay que sumar otros 9.000 en el resto de la comarca.

La inmensa mayoría de ellos no se reencuentran, además, solo con los libros, los amigos y las clases teóricas -ya sea sobre encerado o a través de ordenadores portátiles-, sino también con los deportes. Un repaso rápido de Fouces y el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, por la clase, lo constata. En cada uno de los centros de Pontevedra se inclina por una actividad extraescolar diferente. Y en el Vidal Portela, también: «Natación», «Natación», «Natación», repiten uno a uno los pequeños. «¿E ninguén aquí fai taekuondo?», pregunta, curioso, Lores. Claro. «Sí, yo», anuncia, con el brazo en alto, un niño hacia la zona media del aula.

Los profesores se miran entre sí y sonríen. También para ellos es lunes, también para ellos y acaba de comenzar el curso y también ellos se reencuentran con la rutina. Algunos más que otros. Una mujer de pelo corto camina a paso ligero por el pasillo coincidiendo con el alcalde y la edila. Tiene la cara casi escondida tras dos rollos grandes de papel, un bote con gel desinfectante para manos y alguna otra herramienta más. Y encuentra de frente con la breve comitiva municipal. «Eu si quería dicirlle algo», advierte y, sin apoyar todos los bultos que lleva, se queja de que el conserje lleva dos años de baja, y de que el sustituto que mandaron el curso pasado también se la cogió a mitad de curso y así, entre unos trámites y otros, pasaron dos o tres meses regando las plantas, reponiendo el papel y recorriendo el largo colegio de una punta a otra. Este año sospecha que hasta dentro de otro mes, nada. Y también los árboles. Insisten en decirle que no pueden podarlos, pero echan tanta pelusa y polen durante la primavera, y van tan cargadas las hojas de pulgón, que algunos niños se quejan. «E con razón», dice.

Y Lores le escucha, y le repite lo que ya le han dicho antes, que son cosas de difícil arreglo, y ambos siguen su curso. Uno el político y otra, el escolar.

Cultura y seguridad

También Fouces, quien puso el foco en las ventajas de unir en un mismo área Educación y Cultura, como ocurrirá este año. Esta distribución de competencias permitirá una mayor sinergia entre ambas. Lores, por su parte, insistió en la importancia de la seguridad vial en el entorno de los centros escolares.