Salvar al carballo de Santa Margarita

PONTEVEDRA CIUDAD

El temor a que se reproduzca en Mourente un accidente tan trágico como el ocurrido en la isla de Madeira reactiva un plan para proteger al centenario e icónico árbol

20 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Un luctuoso accidente ocurrido a 1.308 kilómetros de distancia de Pontevedra ha logrado desatascar el tapón burocrático que impedía afrontar la cura del carballo de Santa Margarita. Durante años, más de una década, los vecinos de Mourente y cualificados valedores del histórico árbol, como Roberto Taboada y Carlos Rodriguez Dacal entre otros, han venido advirtiendo del deterioro creciente que este símbolo cultural padece por diferentes razones.

Ha tenido que pasar la desgracia de Funchal, en Madeira, para que se espabilen las Administraciones implicadas en tiempo récord si lo comparamos con el atasco de semanas, meses y años anteriores. El plan para salvar el carballo de Santa Margarita que se presentó en agosto de 2016 a bombo y platillo por los ediles Luis Bará y Alberto Oubiña con una consignación presupuestaria de 200.000 euros, será por fin ejecutado con el apoyo financiero de la Diputación que sale en auxilio del Concello de Pontevedra.

Conflicto competencial

El suceso de Madeira con las muertes de trece personas más el medio centenar de heridos que ocasionó la caída de un árbol bicentenario entre los asistentes a una romería religiosa el pasado miércoles, encendió las alertas en Pontevedra. La mera suposición de que algo así pudiera repetirse en Mourente, dado el precedente de la caída de una rama de grandes dimensiones el pasado 31 de julio, ha espabilado a cuantos parecían enzarzados en una sorda contienda administrativa. Un contencioso burocrático que desoía las quejas de los vecinos, más reiteradas desde 2014 y que advierten del riesgo que supone a diario para viandantes y para el numeroso tráfico rodado que circula junto al enorme ejemplar arbóreo. Malestar que ya tradujeron en recientes movilizaciones, incluso aprovechando las recientes fiestas de la parroquia.

La principal causa del retraso en afrontar medidas curativas es lo que podríamos denominar «conflicto de competencias». Ocurre que sobre el icónico carballo tienen que decir y decidir hasta cuatro instituciones. Concello de Pontevedra, Diputación Provincial, Xunta de Galicia y la Iglesia, a través del Arzobispado de Santiago. Pese a que el carballo está catalogado como árbore senllleira por la Xunta de Galicia y considerado como un bien cultural indiscutible con más de 400 años de vida; pese a haber sido citado, pintado, fotografiado por relevantes intelectuales; pese a toda la simbología que reúne por acontecimientos relevantes de nuestra historia vinculados a personajes como Padre Sarmiento o Castelao, lo cierto es que su deterioro es progresivo sin que se atajase por cuántos les corresponde.

Batería de medidas

La terapia urgente para salvar el carballo de Santa Margarita requiere de medidas botánicas y arquitectónicas. Las primeras corresponderán a los técnicos de la Estación Fitopatológica de Areeiro y comenzarán mañana lunes con una poda selectiva de las ramas, según se anunció. Pedro Mansilla, director de la estación y a la sazón «jefe del equipo médico» que se ocupa de la salud del carballo señaló que «presenta una salud delicada». Es el eufemismo al uso en medicina cuando el cuadro que presenta el paciente es como mínimo complicado. Como pasa con este icono aquejado de diversas plagas que lo han degradado.

En cuanto a las medidas arquitectónicas, el Concello propone levantar el pavimentado de hormigón de hace más de 40 años y reponer un perímetro de tierra y de pavés que resulte menos lesivo para las raíces del árbol. En cambio no se cuestiona cerrar el tráfico de la carretera aledaña sino construir una especie de plataforma única -como en las calles semipeatonalizadas- para reducir la velocidad de los vehículos que circulen por allí.