El Concello de Pontevedra destapa el uso de tarjetas de minusválidos fraudulentas con origen en Vilanova

Cristina Barral Diéguez
CRISTINA BARRAL PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

NOEMI PARGA

El caso está ya en manos de la Fiscalía

17 ago 2017 . Actualizado a las 13:24 h.

Destapar el uso fraudulento e insolidario que se hace en el municipio de las tarjetas de estacionamiento para personas con movilidad reducida. Con esa finalidad, la Policía Local de Pontevedra emprendió una campaña de control que, a tenor de los resultados presentados ayer por la concejala de Seguridade Cidadá, Carme da Silva (BNG), está dando sus frutos.

Si el año pasado se encontraron 11 usos fraudulentos de esas tarjetas para personas con alguna discapacidad, en lo que va del 2017 la policía ha intervenido ya 32 tarjetas, más del doble. Para el Concello ese incremento no se debe a que los conductores cometan más infracciones que antes, sino a que se están dedicando agentes a ese cometido específico y también a la colaboración ciudadana. De esas 32 tarjetas intervenidas, 12 fueron por un uso indebido, 4 por emplear la de personas ya fallecidas, 12 por usarlas cuando estaban caducadas, 2 por estacionar con tarjetas falsas y otras 2 por emplear fotocopias de tarjetas.

El Concello puso el acento en dos casuísticas especialmente llamativas. Una se refiere al uso de tarjetas falsas, una infracción que por su gravedad fue puesta en conocimiento de la Fiscalía. Según explicó la concejala, una persona estacionó en una de estas plazas y lo hizo con una fotocopia de la tarjeta. Cuando la policía tramitó la denuncia correspondiente, alegó que había perdido el original y aportó como prueba una certificación del ayuntamiento de origen, que era Vilanova de Arousa. Se iba a anular la sanción, pero antes de ese trámite el Concello solicitó información a la Xunta sobre la valoración. Esa gestión desveló que esa persona tenía la tarjeta anulada desde el 2012 y aportó una certificación municipal cuando no tenía tarjeta. Un caso similar, procedente del mismo concello de Vilanova de Arousa, destapó otro uso fraudulento. En esta ocasión, esa persona nunca llegó a tener esa valoración de la Xunta. «Enviouse á Fiscalía e non sabemos quen fai esa certificación nese concello», dijo Da Silva.

Desde la concejalía de Seguridade Cidadá se aludió a que el trabajo de la policía es complejo porque requiere un seguimiento por parte de la patrulla. «Non é aceptable que persoas que non teñen dereito falsifiquen as tarxetas, ou estacionen porque teñen diante o ximnasio. Temos unha sensibilidade especial con este tema», añadió.

Otro caso que desveló fue el de un conductor andaluz que el pasado julio estacionó hasta seis veces, acompañado de un menor, en una plaza para personas con movilidad reducida usando para ello una tarjeta de la que era titular una mujer que estaba en Andalucía. «Veu a Pontevedra con esa tarxeta e por se non chegaba deu positivo en alcol», subrayó Da Silva.

En Pontevedra hay 212 plazas para personas con discapacidad. Está previsto ampliarlas con 60 más en breve. Las tarjetas son de dos tipos: provisionales (caducan según el informe de valoración de la Xunta) y permanentes (se renuevan cada diez años). En el 2011 hubo 399 sanciones por estacionar en estas plazas. Cifra que se redujo a 168 en el 2016.