En el caso de su hermano Cayetano no se cumplió eso de que a la tercera va la vencida. Tras pisar la arena como novillero hace once años y debutar como matador en la feria de A Peregrina del 2016, ayer lo puso todo para intentar, por fin, salir a hombros de la arena. Con Preferido, una astado que a las primeras de cambio se dejó un trozo de cuerno contra la madera de uno de los burladeros, se arrimó y arrancó olés y aplausos. A la hora de entrar a matar sufrió un revolcón, un percance que, en principio, no tuvo mayores consecuencias. Una oreja y una fuerte petición de la segunda serían un mero espejismo de lo que vendría luego con el último de la tarde y de nombre Quitaluna.
El termino que mejor define su segunda corrida es anodina. Apenas logró enganchar con un público que, por momentos, estaba más pendiente de la música que de los lances con la muleta y el capote. También le dio un pequeño susto al golpearle la mano y la muleta salió por los aires.