«Me gusta mucho ese gen de rabia de los gallegos que tiene Luisito»

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Pasó once años el Celta, pero se fue cuando le llegó el momento de avanzar. Ahora quiere hacerlo como granate

22 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

David Goldar (Romai, 1994) dice que ha aprendido mucho de la vida a través del fútbol. Comenzó en él cuando aún era un niño, y creció a la sombra del Celta, con el que llegó a jugar en Primera División. Pero, tras dejar el club celeste y pasar por la Ponferradina, acaba de aterrizar literalmente en Santiago -adonde llegaba de viaje- y figuradamente al Pontevedra.

-¿Por qué se decantó por el club granate?

-Después de un año un tanto complicado, con muchos cambios de entrenador y no cumplir las expectativas, creo que es bueno para mí porque es un club en el que puedo crecer, y la llamada de Luis también fue importante. Al final es un club que conozco, al ser de ahí al lado para mí también es una ilusión muy grande, y creo que es una oportunidad tanto profesional como para que el club siga creciendo.

-Dejó el Celta B después de once años. ¿Fue porque no le garantizaron la entrada en el primer equipo?

-En realidad después de once años teníamos que renegociar un contrato, y creo que no llegamos a un acuerdo. Yo creía que era el momento de que el club diese un paso, y de darlo yo también adelante. Intenté buscarlo fuera, ya que en los últimos años también había visto cosas que no me habían gustado. Intenté dar un paso fuera de casa después de tantos años y ahora mismo estoy contento de haber firmado en el Pontevedra, y con muchas ganas de empezar.

-¿No se arrepintió en ningún momento?

-No, a toro pasado todo pinta de otra forma. Evidentemente, el celta hace al pay off, hace un año fantástico, y la Ponferradina, con expectativas de ascender y de ganar la liga, al final no nos metemos en play off, pero todo eso a todo pasado no se puede valorar. En el momento en que tomé la decisión sabía que iba a ser difícil y que iba a continuar con ella, y no, no me arrepiento. Esto forma parte del aprendizaje y de mi crecimiento.

-¿Qué siente un jugador tan joven al saltar al césped de un estadio lleno de jugadores y de aficionados de Primera División?

-Es fantástico. Tuve la oportunidad desde muy joven de vivir partidos y momentos increíbles gracias al fútbol, y creo que gracias a eso pude aprender muchas otras cosas: me enseñó a madurar y en muchos aspectos de la vida que no tienen que ver con lo futbolístico se lo debo al fútbol. Gracias a empezar a una edad muy temprana tuve que afrontar situaciones desconocidas y que no son normales en la vida de un chico de 18, 19 o 20 años. Y todo me enseñó a crecer, a madurar y a formarme como persona.

-¿Es un mundo difícil para alguien tan joven?

-Desde luego, y al final siendo central es también un poco más difícil, porque es una posición en la que todo el mundo busca experiencia y le gusta tener gente experimentada. Es muy raro que un central entre en rotaciones. Suele ser titular o suplente, es complicado que dispute minutos sueltos o finales de partido. Eso siendo joven te puede ayudar a crecer si encuentras un buen sitio para ello y un buen entrenador, y la confianza en ti te ayuda a crecer. Pero también tiene un doble filo: que siendo joven pases muchos minutos en el banquillo, que también sirven para aprender en otros aspectos. Yo intento aprender de cada situación de juego, de vestuario y de la gente de la que me rodeo.

-Entiendo que cuando decidió dejar el Celta primero y la Ponferradina después fue porque tiene claro adónde va. ¿Se ha marcado un objetivo deportivo?

-No me he marcado más meta que la de competir. Dónde termine o adónde vaya es algo que no puedo controlar y que es imposible prever. Lo que sí sé es qué es lo que quiero, y la vida me irá llevando hacia donde tenga que ir.

-Que ahora es el Pontevedra... ¿Por qué, qué espera del club?

-Porque es un club de renombre, muy bien visto, y me gusta su estadio. Y se trata de una ciudad muy equilibrada, y eso es importante para seguir creciendo. Cuanto mas crece el equipo, más crece cada jugador. Pero la prioridad ahora mismo es hacer crecer al equipo.

-¿Sabe que Luisito apenas le va a dar tregua, verdad?

-(Ríe) Sí, le conozco y eso me gusta. Ese gen de rabia que tenemos los gallegos lo admiro.

-¿Ese gen de rabia...?

-Sí, ese gen competitivo. Luisito me gusta, además, porque es muy honesto, y siempre va de cara. Conmigo lo ha hecho siempre, y cuando me llamó para que viniera al club me habló abiertamente y siempre con la verdad por delante. Y eso me gusta mucho.

-¿Ha estado antes a sus órdenes?

-No, pero sí había jugado contra él. Tanto con el Celta como esta última temporada con la Ponferradina hemos sido rivales muchas veces sobre el terreno de juego. Y ahora, mira, me llama para que vaya al Pontevedra. Al final te acabas conociendo de tanto jugar contra otros.

-¿Tardó mucho en responder?

-No, cuando llegan estas oportunidades tienes que decirte rápido. Creo que no tardé mucho, quitando el respeto que le debía a la Ponferradina, que era todavía mi equipo, a la hora de negociar, pero fue bastante rápido.

-¿Es ambicioso?

-Desde luego, me considero ambicioso porque lo único que quiero es mejorar y seguir mejorando siempre.

-¿Qué puede aportar usted?

-Voy a intentar adaptarme a lo que el equipo necesita, porque yo en el Celta estaba acostumbrado a jugar atrás, y el sistema del Pontevedra es diferente. Me he criado en un sitio muy diferente al resto de jugadores.

-¿Se ha criado en un sitio muy diferente al resto del jugadores?

-No, me refiero a que cada uno trae algo diferente del lugar del que viene.

-¿Y usted?

-Soy agresivo, tengo cabeza y hago un juego aseado. Creo que soy un líder y doy confianza al resto de jugadores. O eso espero.