El Boa Vila Basket nace para dar a Pontevedra un equipo profesional

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El nuevo club está formado por exjugadores y entrenadores

02 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Todos nacieron del baloncesto, y eso es precisamente lo que quieren devolverle a la ciudad. Fernando Otero (exjugador y entrenador de los equipos de cantera y sénior de varios clubes, entre los que se encuentran el Época, Estudiantes, Arcade, Peixe Galego y CAB), Denís Losada (canterano del Celso Míguez y exmiembro de la plantilla del BBP, Arcade y CAB), Fernando gallego y Nacho Peón (fue árbitro) se acaban de lanzar a la loca aventura de crear un club de básquet, El Boa Vila Basket, porque llevan las canchas, los triples y los mates en la sangre. A José Barreiro la cosa le pilla más por abajo; en concreto, por su hijo. Aunque él siempre estuvo vinculado al balonmano, ya que fue jugador y entrenador del Cisne, Poio y el Teucro, y militó en la selección gallega, a su hijo le ha dado por el baloncesto.

Fue así como estos cinco emprendedores inconformistas se conocieron y, entre entrenamiento y partido, fueron gestando la idea de dar un paso allá en el básquet local. Insisten en que el mérito de los clubes con los que cuenta la ciudad -entre los que destacan el Arxil por su participación en la Liga Femenina 2, el Estudiantes y el CAB- es enorme, y en que ellos no han venido ni para competir por los alumnos ni para convertirse en rivales de nadie. Al menos, no fuera de las canchas.

Pero sí dentro. Y llegan, sobre todo, con dos objetivos tan sólidos como claros: primero, conseguir que todos los niños del municipio tengan la opción de introducirse en un deporte diferente al fútbol. Una primera campaña de captación de alumnos ha sido suficiente para materializar una sospecha que ya tenían desde hace tiempo. «Fuimos a un cole en el que el 95 % de los niños juegan al fútbol, y en el que hace unos años un club intentó entrar con otro deporte y no se le apuntó ninguno. Nosotros tenemos 23 solicitudes, y hubo padres que nos dijeron que estaban encantados de que hubiese otra oferta añadida al fútbol. Con que de esos 23 finalmente entren, cinco, ya es suficiente para nosotros», explica Otero.

Un futuro profesional

La segunda de las misiones es más complicada. Bastante más, y lo saben. La idea es poder dar continuidad a todos esos jóvenes que, una vez superada la formación de base, quieran probar suerte en el mundo del básquet profesional. El espejo les devuelve el reflejo del Marín Ence Peixe Galego, un equipo procedente de un ayuntamiento pequeño cuyo único pilar es su mérito deportivo. No cuentan con grandes espónsores, ni una masa de aficionados capaz de levantar con sus aportaciones un club con las necesidades de un competidor de LEB Oro; y, aún así, han conseguido situarse en la segunda categoría del baloncesto español.

«Sabemos que es muy difícil pero, ¿por qué no intentarlo?», aseguran. No saben si van a conseguirlo o no, ni cuánto tiempo tardarán en hacerlo realidad, pero si saben que, si van a intentarlo, sea en condiciones. Por eso, lo único que aseguran es que todos los entrenadores van a ser titulados. E implicados.

Porque, de hecho, el Boa Vila Basket también nace para devolver la ilusión en el baloncesto a Pontevedra.