El creador de videoclips que siempre se exige más

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

Tres trabajos de Jose Aragunde están nominados en el Festival Primaveira do Cine. Se alegra, pero con contención

22 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Jose Aragunde, pontevedrés y realizador y editor de vídeos, es de los que no se perdona una a sí mismo. Es tan exigente con lo que hace que, paradójicamente, cuando uno le pregunta si se autoexige mucho contesta: «¿Yo? Y más que me tendría que exigir. Siempre es poca la exigencia». En ese empeño suyo en hacerlo todo bien, Jose empieza la conversación ciertamente preocupado. «Esto me da mucho pudor», confiesa. Se le nota hasta en la postura que adopta en la silla, más de salir corriendo que de relajarse para charlar. Pero los nervios se marchan enseguida. Porque en teoría Jose llegaba con el guion preparado para hablar, sobre todo, de que tres videoclips hechos por él están nominados en el Festival Primavera do Cine de Vigo, una de las citas fetiche para su sector. Sin embargo, antes de hablar de su trabajo audiovisual, se cuela en la conversación su trabajo vital. Y ahí las palabras le salen solas. Sin saber muy bien cómo ni por qué, la conversación empieza por los hijos. Por los de él y por los de la periodista. Jose está en ese momento en el que uno es padre en activo hasta cuando duerme, ya que sus críos son pequeños. Habla de ellos y se nota, sobre todo, que los está viendo crecer bien de cerca; que lleva dentro esa satisfacción que da compartir con ellos muchas horas al día, «a veces incluso demasiadas», dice con ironía. Ese mérito, el de sobrevivir laboralmente sin perder la condición de padre activo, se lo ganó él. Basta con escuchar su historia para darse cuenta.

Jose, que un día se quitó la tilde del nombre porque nunca le llamaron José, nació en el barrio pontevedrés de A Parda cuando allí aún estaba la cárcel. Incluso recuerda algún motín. Y tiene fresca en la memoria su niñez de juegos en la calle. Estudió primero en Mourente y luego en el Torrente Ballester. Se le atragantó COU. Y se fue a FP. Estudió un ciclo de electrónica. Reconoce que le hubiese gustado hacer después Imagen y Sonido. Pero entonces la única opción era marcharse a A Coruña y sus circunstancias no se lo permitían en aquel momento. En el ciclo, había una asignatura de montaje de vídeos. Eso le hizo descubrir el mundo que le gustaba. Empezó a trabajar pronto. Lo hizo en Televisión de Pontevedra, donde se pasó media vida laboral y donde hizo de todo, desde ser cámara a realizador pasando por montar anuncios de publicidad.

A los 35 años, necesitaba poner un punto de inflexión en su vida. Lo necesitaba por muchos motivos. Dejó su empleo y, al principio, buscó otro trabajo en su sector. Pero reconoce que no tuvo suerte. O, en realidad, sí la tuvo. Porque un día, después de repensarlo mucho, incluso de ser un poco cruel consigo mismo al creer que sabía hacer muy poquitas cosas -aunque luego reconoce que en el mundo del audiovisual tocó bastantes palos-, decidió darse una oportunidad.

Grupos de todo tipo

«Voy a divertirme», se dijo. Y de ahí salió la ocupación con la que ahora tira hacia adelante. Se convirtió en un

freelance

que lo mismo hace videoclips que colabora con cortometrajes -ayer mismo estaba apurando la posproducción de un corto de Samuel Lema que se estrenará en breve-, trabaja para distintas productoras televisivas y agencias publicitarias -por ejemplo, hizo el vídeo de la campaña PrimAcoso llevada a cabo por el Concello de Pontevedra-. Óscar Avendaño, bajista de Siniestro Total, el grupo Heroínas o ACIdproyect fueron algunos de los grupos de música que se pusieron en sus manos. Reconoce que, pese al trabajo, cuesta sobrevivir en solitario en el mundo audiovisual. Pero a veces las cosas salen bien. Como esta semana. El jueves, contaba en su Facebook que estaba «dando botes». Y es que tres de sus trabajos audiovisuales, hechos para los grupos Moon Cresta, The Soul Jacket e Isanda fueron nominados entre los 22 que compiten en la categoría de mejor videoclip en el Festival Primavera do Cine. Uno le da la enhorabuena. Y, aunque sonríe agradecido, sale el Jose que siempre se exige más: «Bueno, solo son nominaciones, a ver qué pasa. Aunque son tres claro... estoy contento, porque para mover los videoclips Vigo es un gran escaparate», señala.

A esas alturas de la conversación, Jose ya no está en posición de salida en la silla. Se le nota relajado. Cuenta entonces que lo que más le gusta es haber descubierto que con poco dinero, pero disfrutando con lo que uno hace, se es feliz.

Lo cuenta marchándose a la aldea de Ponte Caldelas donde ha hecho vida; desde la que trabaja mientras que ejerce de padre. El salón es su oficina. Le gusta que así sea, aunque a veces alguno de los duendes que lleva su apellido le dé al botón de apagado del ordenador y toque hacer borrón y cuenta nueva.

Le hubiese gustado estudiar Imagen y Sonido. No pudo. Pero es y fue un autodidacta