El programa que enseña a volver a hablar

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

capotillo, ramón leiro

Pacientes operados de cáncer de laringe participan en las terapias grupales de la AECC

19 feb 2017 . Actualizado a las 13:09 h.

El programa Volver a hablar de la junta provincial de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) de Pontevedra cumplirá cuatro años el próximo mayo. La logopeda Ánxela Alonso explica que se trata de una iniciativa «muy necesaria» para la que hace falta financiación. «Aquí no podíamos abarcar todos los casos y decidimos restringirlo al cáncer de laringe con extirpación total de este órgano. En otras zonas dan cobertura a todos los cánceres de cabeza y cuello», cuenta.

Pontevedra fue la primera ciudad de la provincia en ponerlo en marcha. Desde hace unos meses también se oferta en Vigo. ¿Y en qué consiste este programa que es gratuito para los usuarios? Son sesiones grupales una vez a la semana. «Ahora mismo tenemos tres grupos. Se trata de enseñarles a hablar. Cuando hay una extirpación total de la laringe se pierde la capacidad de hablar porque ahí están las cuerdas vocales, por lo que partimos de cero o de menos de cero», apunta Ánxela Alonso. Dependiendo de cómo sea la reconstrucción, se trata de conseguir hablar con voz erigmofónica o esofágica, o con voz protésica.

El cáncer de laringe afecta mayoritariamente a los hombres. De hecho en casi cuatro años de programa solo una mujer asiste a la terapia. «La media de detección suele estar en los 60 años, aunque tengo pacientes de 30 a 40 años. Influyen los malos hábitos, sobre todo el fumar», dice la logopeda. Ánxela Alonso subraya que los usuarios que se acercan a la AECC derivados por el Chop llegan con mucha desinformación. «Damos charlas y estamos muy en contacto con los otorrinos, pero hay que tener información ya antes de la operación. Volver a hablar con voz erigmofónica cuesta mucho. Antes de la sesión grupal hacemos una individual para valorar diversos aspectos».

La logopeda destaca «el apoyo que se dan entre ellos» como la principal ventaja de la terapia grupal. «Es un aprendizaje lento, de muchos meses, requiere esfuerzo físico, la capacidad pulmonar tras la operación se ve reducida y a eso hay que sumar el cansancio que conllevan tratamientos complementarios de radio y quimio», señala Ánxela Alonso. Las sesiones son muy prácticas e incluyen «deberes diarios» -ejercicios de cuello y hombros- que se llevan para casa.

Solo la mitad de los pacientes que asisten a las terapias de grupo son capaces de hablar con voz erigmofónica. «Suena como un eructo. En las fases iniciales del aprendizaje no son funcionales. Con la prótesis, que se puede poner en el momento de la intervención o tiempo después, es más fácil, en cuestión de semanas se puede conseguir, aunque no todos los pacientes son candidatos a la prótesis».

Argimiro Álvarez, Miro, es uno de los pacientes que acuden a la terapia. A este vecino de Moraña le extirparon la laringe y las cuerdas en el 2012. Nunca pensó que una afonía acabaría en cáncer. Fumaba, eso sí, cajetilla y media de tabaco al día. Sin prótesis, no pudo con la voz erigmofónica. «Solo conseguí decir algunas sílabas, cosas como ‘‘hola, ¿cómo estás?’’». Tuvo que esperar un año y medio hasta que le pusieron la prótesis con la que logró hablar perfectamente a través del estoma. «No poder hablar me aislaba socialmente. Ponía excusas para no ir a sitios y sentía que los demás me veían como un bicho raro. Notaba los ojos de la gente clavados en mí, como compadeciéndose», relata.

Este excarpintero puso todo su empeño en volver a hablar. Hacía en casa los ejercicios de cuello, faciales, bucales, de hombros y de respiración para mejorar su capacidad pulmonar. «Para mí hay un antes y un después del cáncer. Tengo mis limitaciones y tengo que tener unas precauciones, pero puedo llevar una vida normal». Ahora tiene revisiones cada año. Agradece y mucho la terapia grupal de la AECC. «Ánxela es mi ángel», sentencia.