El donjuán de Marín consigue burlar a la policía y a la Guardia Civil por cuarto mes consecutivo

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

cedida

El número de víctimas puede superar ya las sesenta, las últimas en Aranda de Duero, Burgos y Vitoria

19 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace cuatro meses, el 11 de octubre del 2016, Rodrigo Nogueira Iglesias tenía que haber comparecido en un juicio en Pontevedra por una supuesta estafa. El conocido como el donjuán de Marín no lo hizo y el juez Juan José Trashorras, a instancia del fiscal, dictó una orden de búsqueda y detención que se cursó a todas las fuerzas del orden del país. Desde entonces, Roi Iglesias, Ilya Zstreind Trillo, Leto Scorssi, Alex Bethancourt, Adrián Montero o cualquiera otra identidad que pueda estar utilizando en la actualidad ha conseguido burlar tanto a la Policía Nacional como a la Guardia Civil, así como a los Mossos d’Esquadra y la Ertzaintza.

Por aquella época se determinó que podía mantener una relación con una joven de la localidad burgalesa de Aranda del Duero. Fue de los primeros domicilios al que acudieron los agentes, una visita de la que dejaron constancia en un oficio que remitieron al juzgado pontevedrés el 16 de octubre. En el documento se da cuenta de que se entrevistaron con la que definen como su «compañera de piso», la cual les comunicó que Rodrigo ya no residía allí y que desconocía tanto su nuevo domicilio, como su número de teléfono.

Les aseguró, asimismo, que la intención del marinense sería la de ponerse en contacto al cabo de unos días con el juzgado para «intentar solucionar el tema».

Fuentes judiciales consultadas manifestaron que «no les consta» que Rodrigo Nogueira hubiese cumplido lo que manifestó esta vecina de Aranda. Esto es, que hubiese dado el paso de ponerse en contacto con un juzgado, por lo que la orden de detención sigue vigente desde entonces.

Las afectadas estiman que las víctimas de este donjuán en serie pueden superar ya ampliamente las sesenta mujeres. Así, las relaciones que se le conoce a lo largo del 2016 lo sitúan, además de en Aranda de Duero, en Burgos y Vitoria.

Precisamente, el testimonio de esta última ha trascendido estos días en distintas webs y medios de Internet, caso de El Confidencial. Conoció a Rodrigo con el alias de Roy a través del portal «Adopta un tío» en el 2014. Su supuesta historia le llegó a lo más hondo, dado que le relató con lágrimas en los ojos como «sus dos padres habían muerto de cáncer y que su hermana se había suicidado por problemas de drogas y prostitución».

La historia de esta víctima es calcada a la de decenas de otras mujeres. En un primer momento, creyó conocer al hombre de su vida, una persona que «me mandaba mensajes, me enviaba regalos al trabajo, me escribía poesías, me hacía canciones...». En el año 2016, se fueron a vivir juntos.

Sin pagar el alquiler

Todo era felicidad hasta que esta joven se rompió una pierna. Quien se desvelaba por ella, dejo de hacerlo. La ilusión saltó por los aires cuando su casera le comunicó que llevaban dos meses sin pagar el alquiler, pese a que ella le había dado el dinero necesario al que creía era su pareja. «‘‘¿Pero qué pasa, no sabes con quién estás viviendo?’’. Resulta que mi casera y su marido llevaban tiempo llamándome y mandándome mensajes por WhatsApp, pero a mí no me llegaba nada. Descubrí que Roy había cogido mi teléfono y había bloqueado sus números desde mi agenda. Mi casera pudo localizarme gracias a su hermana», recoge El Confidencial.

La realidad le golpeó con toda la dureza: «Descubrí que, cuando yo salía a la calle a pasear a mis perros, él cogía mi tarjeta de crédito e iba al cajero a sacar dinero de mi cuenta. Además pidió un préstamo de cuatro mil euros, se quedó con mi portátil, con el dinero de los dos meses de alquiler que le di y no pagó, con otros cuatrocientos euros que le di para que llevase a arreglar mi coche, no pagó los quinientos euros de la guardería canina de uno de mis perros, gasto más de mil euros con otra de mis tarjetas...».

Aseguran que «reutiliza» los juguetes eróticos entre las víctimas

Del testimonio de las diferentes víctimas se desprende que, en el fondo, Rodrigo Nogueira parece despreciar a las mujeres a las que parasita. Las seduce, las engaña y las utiliza para terminar despojándolas de su amor propio, de su autoestima.

En las diferentes webs abiertas para denunciar estos hechos se alude a todo tipo de comportamientos que refuerzan esta idea. Así, testimonios de víctimas aseguran que «tiene la pésima costumbre de reutilizar lo que roba a sus víctimas y lo hace con todos los juguetes eróticos que caen en sus manos. Los que utiliza contigo los regala a alguien más y, a su vez, los llevará de casa en casa en un kafkiano relevo que ha llevado a transmitir una enfermedad venérea a muchas de sus víctimas».