Los «masterchefs» del Carlos Oroza

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CEDIDA

Son cada vez más los alumnos de Cociña del centro que sorprenden en concursos locales y nacionales

07 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Xavi Pereira y Marcos Sánchez tienen 20 años y acaban de causar sensación en el Salón Internacional de Turismo Gastronómico, Xantar. Lo hicieron con plato casi imposible: un postre con vino tinto. Espectrograma del vino dejó primero con muchas dudas y después con la boca abierta a su profesor de primero del Ciclo Superior de Dirección de Cociña Dual -con seis meses de formación teórica y otros seis de práctica- del CIFP Carlos Oroza, Manuel Cordido, y a sus colegas. Tal vez porque ellos eran conscientes de la complejidad y de lo arriesgado de la propuesta de sus dos alumnos. Y fue esa relativa ingenuidad la que los llevó a acaparar gran parte de los halagos y las loas del jurado y el segundo premio en el concurso de organizado por Viño de Bodegas Docampo. «Sorpréndenos moitísimo porque a xente nova imaxina cousas que outras persoas non; e nalgúns casos é posible facela realidade, e noutras, non», reconoce Cordido.

Aunque los dos jóvenes, de Pontevedra y Marín, respectivamente, y amigos desde hace un par de años, se esperaban algo más solemne, aprendieron mucho. Casi todo. Sobre todo, que están a la altura y preparados para medirse a otros profesionales del sector. «Anima más cuando una elaboración tuya gusta tanto», confirma Pereira en un receso de su clase de inglés. Era difícil que no ocurriera cuando su propio maestro sigue sin poder explicar la importancia de su conquista. «Descompuxeron as notas do viño sobre o prato, así que tomabas o viño na copa e no prato, era moi rompedor», acierta a matizar.

Algo similar le ocurrió a Ricardo Fernández, profesor de Cociña para Hostalería y de primero del Ciclo Superior de Dirección de Cociña, cuando organizó un certamen interno como fase previa a otro de ámbito nacional que gira en torno al aguacate. Como se ha acostumbrado a plantearlos como una actividad lectiva más, sus cursos se han convertido en algunos de los más participativos del centro. Tanto, que los últimos dos años ganaron el premio al centro con más propuestas que otorga Frinsa.

La idea de Fernández es incitarlos a participar para que pierdan el miedo y se beneficien de sus ventajas, como aprender a solucionar imprevistos, conocer a otros estudiantes o profesionales de los que puedan absorber algo, y que les sirva de motivación. Y funciona.

No el mejor presentado

Solo en estos momentos hay más de una veintena de alumnos del Carlos Oroza que, o bien ya ha participado en algún concurso, o bien está en el proceso de selección. En la clase de Fernández dieciocho de sus veintidós estudiantes van a enviar sus respectivas recetas -dos por persona- al concurso de aguacates en Almería. Uno de ellos ya ha conquistado al jurado externo e informal que convocó el maestro -formado por un cocinero, un periodista y un exalumno-. Y no lo hizo con el plato más bonito. «Non era o mellor presentado, pero gañou pola combinación de sabor e porque era o que estaba máis rico», reconoce Ricardo.

La labor de los docentes a la hora de invitar a los alumnos a participar es clave, pero no la única. A Xavi y Marcos no hizo falta que los convenciera nadie. Vieron el anuncio en el tablón del corcho y se pusieron a trabajar sobre la idea que tenían. No era la misma, de forma que tuvieron que llegar a un punto intermedio de ambas propuestas. «Al final no fue ni la mía ni la suya», admite Pereira. Y, tras dos meses de preparación y una de ensayo, se lanzaron. Y dicen que fueron nerviosos, aunque con «la seguridad de que el plato era bueno, porque era 100 % nuestro y sabíamos lo que defendíamos». Tanto, que conquistaron el territorio.

El innegable influjo de la televisión y la buena imagen de los cocineros

Ni los dos profesores, ni la subdirectora del CIFP Carlos Oroza ni los propios alumnos niegan que gran parte del interés que se ha disparado en Pontevedra por la cocina proviene directamente de las entrañas de la pequeña pantalla. La proliferación de concursos televisados sobre cocina -Mastechef en todas sus versiones, desde júnior hasta VIP pasando por el tradicional, y Top Chef, entre otros- ha contribuido a poner de moda los fogones. «Os medios de comunicación socialmente teñen moito tirón, e a cociña atrae moito polos concursos da tele e porque os cociñeiros están ben considerados», reconoce Ricardo Fernández. Pero todos ellos coinciden también en que ha sido clave la proliferación de certámenes también fuera de la pantalla. Por encima de todo lo demás. Porque motivación y talento sobraban desde hace muchos años en la ciudad del Lérez y en sus alrededores.