Un preacuerdo in extremis aleja el fantasma de la huelga de basuras
PONTEVEDRA CIUDAD
Los trabajadores deberán refrendar esta tarde lo pactado por el comité y la empresa
21 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando ya había comenzado la cuenta atrás que anunciaba una nueva huelga en la recogida de la basura, un preacuerdo suscrito ayer in extremis entre el comité de empresa y la firma Cespa Ferrovial parece haber alejado esta posibilidad. Y eso que los representantes de la plantilla no las tenían todas consigo cuando este martes, pasadas las doce del mediodía, acudieron a la sede que la compañía mantiene en la calle Andrés Muruáis. La negociación se reabría.
«Tanto podemos estar cinco minutos como varias horas. Esperemos que sean varias horas porque esto será señal de que todo va bien», apuntaba uno de los miembros del comité cuando se le preguntaba por el tiempo que estimaba que podría durar la negociación. Y sus previsiones se cumplieron. Así, tras unas tres horas y media de diálogo, ambas partes alcanzaron un principio de acuerdo, que hoy presentarán a la asamblea de trabajadores para que lo voten. En el caso de que sea refrendado, lo más probable, se desconvocará la huelga indefinida que estaba previsto que empezase en plenas fiestas de Navidad, la noche de este domingo, 25 de diciembre.
«O que conseguimos é o que queríamos, sacar da negociación o tema da antigüidade. A empresa o retirou e o resto, o económico máis o social, o pechamos sen problemas», resaltó Juan Carlos Corredoira tras haber concluido el encuentro. El presidente del comité de empresa de Cespa en Pontevedra se congratuló del resultado de esta negociación, mientras que desde la CIG Servizos de Pontevedra resaltaron que este preacuerdo «foi posíbel (...) despois de que a empresa desistise da súa intención de introducir no convenio a renuncia do cadro de persoal a reclamar a antigüidade acumulada durante os sucesivos contratos temporais» o eventuales.
Desde esta central sindical añadieron que, paralelamente, «o comité logrou incorporar ao texto unha serie de medidas con respecto á anterior proposta patronal». De este modo, y según remarcó Corredoira, el preacuerdo recoge algunas cuestiones que ya habían trascendido antes de que se convocase la huelga indefinida. «Básicamente é o mesmo que xa se coñecía».
Recuperar poder adquisitivo
Así, una de las premisas con las que el comité de empresa llegó a esta negociación era la de recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores de Cespa Ferrovial. En el arranque de las conversaciones, mientras que la dirección de la empresa ofrecía una subida de apenas medio punto en los salarios, la plantilla reclamaba un incremento del 2,75 %, bajo la premisa de que llevan más de tres años con ellos congelados.
Todo parece indicar que esta cuestión, al igual que otras de marcado carácter social, ya se habría solventado, si bien tanto unas como otras tendrán que ser expuestas esta tarde a la plantilla de trabajadores para que se pronuncien al respecto. El objetivo es que de este encuentro, que se celebrará en el salón de actos del edificio sindical de Pontevedra, se apruebe el nuevo convenio que tendrá vigencia hasta el 2018.
Más de dos semanas viviendo con la posibilidad de una Navidad entre basura
Fue el pasado 3 de diciembre cuando, tras meses de negociaciones para sacar adelante el nuevo convenio, la asamblea de trabajadores votaba el secundar una huelga indefinida en la recogida de basuras. El concepto de la antigüedad se había convertido, en aquel momento, en un escollo que parecía insuperable.
Menos de una semana después, el comité de empresa, siguiendo el mandato de la plantilla, anunciaba que la movilización arrancaría el Día de Navidad, a las diez y media de la noche. A partir de entonces se sucedieron algunas reuniones con el mismo resultado. Mientras la empresa consideraba inasumible el concepto de la antigüedad, los trabajadores lo tachaban de irrenunciable, toda vez que consideraban que, a la larga, podría generar desigualdades salariales en el seno de la plantilla, al tiempo que estimaban que en unos años un porcentaje importante de la masa laboral ya no percibiría tal complemento.
El viernes pasado se produjo el penúltimo encuentro -o desencuentro- que no hizo más que ahondar en las diferencias que separaban a ambas partes. Previamente, el concejal Raimundo González (BNG) anunció que se dirigiría a la concesionaria para instarle a que se sentase a negociar, al tiempo que advertía que, en caso contrario, sería entendido por el gobierno local «coma unha agresión ao Concello».
Y llegó este lunes. Horas después de que el comité diera por hecho que la huelga era prácticamente inevitable, la dirección les convocó a una reunión. Lo que antes eran diferencias insalvables se transformaron en un acercamiento del que salió un preacuerdo.