El último santo español sube a los altares con un milagro gallego

Ana Lorenzo Fernández
ANA LORENZO REDACCIÓN / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

BENITO ORDOÑEZ

El papa canoniza hoy al beato andaluz Manuel González, al que se le atribuye la curación de una pontevedresa con un linfoma

16 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo comenzó con un pequeño problema en la boca. Durante el verano del 2008 la madre de Ramón Carballás, la gallega María del Carmen Varela Feijoo, no conseguía que le cicatrizaran unas heridas que tenía en las encías. Tras más de un mes y medio, los especialistas del Hospital de la Princesa de Madrid le hicieron una biopsia, «porque aquello tenía muy mala pinta, y se había complicado con la aparición de unos ganglios en la garganta, nódulos y amigdalitis», recuerda su hijo. Los peores presagios se cumplieron y se tradujeron en un linfoma muy agresivo «que prácticamente era una sentencia de muerte, porque si no la mataba el linfoma, la podía matar la quimio, y la esperanza de vida era de muy pocos meses».

El mazazo de la noticia fue tal que María del Carmen llegó a casa y pidió a su marido que fuera a buscar al cura de la parroquia de San Juan de Rivera, Francisco Teresa, para que la confesara y le diera la extrema unción. «Don Paco le dijo a mi padre que no podía en ese momento, pero le dio una estampita y una reliquia del beato Manuel González (1877-1940) y le dijo que le rezara con mucha fe y devoción», recuerda Ramón Carballás. Así lo hizo María del Carmen. Poco después le tocaba visita con el médico para fijar cómo serían las sesiones de quimioterapia. Sin embargo, estas nunca llegaron a ser necesarias. Solo con palparle la garganta, el médico descubrió que los ganglios habían desaparecido, «y que estaba absolutamente limpia. Cinco días antes estaba al borde de la muerte, y cinco días después no había nada, y no había ninguna explicación».

Pensaban que era un error

Lo primero que pensaron Ramón Carballás y sus padres fue que en el hospital se habían equivocado en el diagnóstico o que incluso el diagnóstico correspondía a los informes de otro enfermo, pero cotejaron toda la documentación y no había lugar a dudas: «Se había producido una regresión espontánea de la enfermedad sin ningún tipo de causa», según concluyó el informe médico.

La curación de María del Carmen no pasó desapercibida para un primo suyo, rector en el seminario mayor de Santiago, que informó de esta intercesión divina a las madres fundadoras de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, una congregación creada por el propio beato Manuel González, y que rápidamente se interesaron por conocer todos los detalles de la historia, puesto que si confirmaba este milagro, sería el segundo que le atribuían al religioso sevillano, que podría ser canonizado. «Su primer milagro tuvo lugar 40 años antes, en un pueblo de Palencia, donde había una persona muy enferma de peritonitis. Curiosamente, fue el mismo párroco, don Paco, quien le llevó la estampita de Manuel González. Gracias a esta curación el religioso fue beatificado por el papa Juan Pablo II en el año 2001», apuntó Carballás.

En febrero del 2009 se inició todo el proceso para solicitar la canonización del sevillano, una petición que conllevó la intervención de decenas de especialistas de España, Houston, Londres e Italia, que finalmente aseguraron que María del Carmen se había curado de una forma inexplicable para la medicina. Avanzaba el proceso para convertir en santo al beato, pero María del Carmen ya no podría verlo. En mayo del 2011 fallecía de una insuficiencia cardíaca, algo que obligó a volver a realizar más pruebas y análisis para demostrar que el desenlace no estaba relacionado con el linfoma del 2008.

Más de 3.000 personas

Finalmente, el 3 de marzo del este año el papa Francisco firmaba el decreto que certificaba que sí se había producido un milagro, y daba el visto bueno a la canonización del beato Manuel González, que tendrá lugar hoy en la plaza de San Pedro de Roma. De la familia de María Carmen asistirán unas 50 personas. Además también se desplazarán desde España a Roma 5 cardenales, 30 obispos y 100 religiosos, a los que habrá que sumar más de 2.500 de las distintas congregaciones que fundó el religiosos sevillano -que fue obispo de Málaga y Palencia-.