La villa marinera se echó a la calle para honrar a San Miguel
03 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Cerca de cuatro siglos se estima que tiene la Danza das Espadas con la que Marín celebra la festividad de San Miguel el primer domingo después del 29 de septiembre. Más que una tradición, apuntan algunos, esta coreografía que interpretan hombres y mujeres, mayores y niños, es ya todo un símbolo de la villa marinera. De hecho, cuenta con la declaración de Festa de Interese Turístico de Galicia.
La primera referencia de la Danza das Espadas data de 1635, cuando la cofradía de San Miguel del gremio de mareantes la impulsó como homenaje a su patrón. Entonces Marín era un priorato dependiente del monasterio ourensano de Oseira, y la tradición sigue girando en torno a una celebración eclesiástica. Es después de la misa solemne cuando se lleva a cabo la primera danza, a cargo de bailarines del Ateneo de Santa Cecilia.
A esa primera danza, que da inicio a una procesión que recorre la villa, siguieron ayer, como es habitual, sendas representaciones en la Alameda, la plaza de España, donde se quemaron las «madamitas», y la plaza del Reloj.
Y para seguir siendo fieles a aquella danza original, todos los participantes iban de blanco, solo alterado por la banda que recorre la cintura de los bailarines. Rojo en el caso de los hombres, azul para las mujeres. Todos interpretaron la coreografía de acompasados movimientos al son de la música de gaitas del grupo Meigas e Trasgos.
Además, el Padroado de Mareantes de San Miguel entregó las distinciones de Confrades Sobranceiros y Medalla de Ouro al exalcalde Augusto Casal Sánchez, al almirante Manuel Pardavila Crespo y a la Brilat. Y recibieron sendas medallas los nuevos cofrades de honor, Luis Portas Salazar, Arturo Penide Aller y Lita Veiga Castro.