Dejan el Lérez por el Guadalquivir

manu otero PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

Mejor clima e instalaciones motivan el traslado de palistas a Sevilla

22 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El río Lérez y la ría de Pontevedra son cuna de talentos de la piragua. En ella emergieron leyendas como la de David Cal o grandes campeones como Óscar Graña o Teresa Portela. Y la producción no cesa, en los últimos años nuevos palistas que crecieron remando en las aguas del río o del Pontillón asaltaron los podios de los campeonatos nacionales e internacionales. Su potencial atrajo las miradas de los técnicos de la Federación Española que los reclutaron para el centro de alto rendimiento de Sevilla con el objetivo de construir una armada que conquiste los próximos Juegos de Tokio.

Jenifer Casal, Adrián Sieiro, Sergio Vallejo y Álex Bernárdez no se lo pensaron dos veces cuando recibieron la propuesta de la federación. «El tiempo es mejor, no hace tanto frío, ni viento, ni lluvia», alega Sieiro, canoísta del Poio que vive en Sevilla desde el pasado sábado. «Aquí tenemos el agua al lado de la residencia», añade Casal, de la Escuela Ciudad de Pontevedra, otro argumento en favor de la instalación de la Cartuja. «Muchas veces aquí entrenábamos solos, allí seremos más y eso te hace subir de nivel», apostilla Vallejo el tercer motivo que los llevó a cambiar el sur por el norte.

La primera en hacer las maletas fue la única pontevedresa. «Fue inesperado, era un proyecto muy pensado por las federaciones, y justo ese año me iban a coger en el CGTD, pero me habían llamado antes de Sevilla», explica una Jenifer Casal, a la que le costó mucho alejarse de su familia, pero «era una oportunidad que no me iba a surgir más y que había que aprovechar», concluye.

El aterrizaje en la ciudad hispalense también fue difícil para Adrián Sieiro. «El primer día, muy mal, hacía 38 grados», recalca el palista que no lleva nada bien el calor.

Sin embargo, los puntos negativos pasan a un segundo plano en cuanto se dan una vuelta por el Centro de Alto Rendimiento. «Aquí tenemos entrenador, fisio y mejores condiciones de entrenamiento», resume Sergio Vallejo que se mudará en enero, cuando termine sus estudios. «En Pontevedra teníamos que cruzar la carretera», «o coger el coche para ir a entrenar», enumeran Casal y Sieiro. «Aquí nos levantamos y tenemos ya el agua, allí a veces no podíamos ni salir», destacan ambos.

El verdadero objetivo de este reclutamiento es formar un equipo nacional fuerte de cara a los próximos Juegos. Y los pontevedreses no se marcan otra meta que «mejorar y entrenar». Compartir el día a día con sus compañeros los hará imbatibles.