«No dimos aprendido»

LA SEMANA DE EUGENIO GIRáLDEZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón leiro

El incendio en el área de Psiquiatría del Provincial revive la lección que supuso la destrucción de millares de historiales clínicos en Alba

18 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El reciente incendio registrado en el ala de Psiquiatría del Hospital Provincial de Pontevedra nos ha refrescado el recuerdo de la lección que nuestras autoridades sanitarias tuvieron que aprender de aquel otro siniestro que arrasó hace doce años la nave almacén de Alba donde se custodiaban millares de historiales clínicos de pacientes del Servicio Galego de Saúde que se volatilizaron. El 19 de mayo de 2004 es una fecha labrada a fuego en la historia de la gestión sanitaria en Galicia. Ayer como ahora, siempre hay una enseñanza que obtener para mejorar.

La lección de Alba

Las autoridades autonómicas admitieron entonces que se destruyeron más de medio millón de historias clínicas correspondientes a pacientes del área sanitaria norte de Pontevedra. Aquel episodio tuvo proporciones de escándalo por la gravedad que suponía la pérdida del material documental desaparecido. Pero políticamente, pese a la bulla parlamentaria que dieron PSOE y BNG, Manuel Fraga, presidente de la Xunta en esas fechas de mayo de 2004, lo saldó «en diferido» de modo que retardó hasta septiembre el cese de José María Hernández Cochón, entonces conselleiro de Sanidad, quien fue sustituido por José Manuel González, quien a la sazón resultaría ser el gerente del CHOP, cargo que sigue ocupando en la actualidad.

Al menos el suceso de Alba forzó a la Consellería de Sanidad a acelerar la incorporación de los más de 20.000 facultativos que trabajan en todos los hospitales, centros de salud y demás servicios del Sergas a la red informática que almacena en formato digital los historiales clínicos de los pacientes. Cuando escribo «acelerar» urge matizar que sin embargo los plazos fueron lentos. Desde que en 2003 se anunció ese programa informático, aún transcurrió un año y por medio el referido incendio, hasta que se comienza a implantar precisamente por el Complejo Hospitalario de Pontevedra y secuencialmente hasta 2007 en el resto de centros del Sergas en la comunidad autónoma.

Por cierto ese programa informático recibió el nombre de Ianus en referencia al dios romano que protegía las puertas y las entradas de sus mansiones y haciendas. Una alusión no casual después del suceso de la nave almacén de Alba.

Vayamos ahora con el Hospital Provincial, una institución singular en Pontevedra tanto por su génesis como por su posterior desarrollo. Es un establecimiento centenario (abrió en 1897) que está ligado a la historia de la comarca y sus gentes por unas cuantas generaciones. Incluso por las aportaciones de indianos que contribuyeron a financiar la edificación a finales del siglo XIX.

La peculiaridad del Provincial se prolonga hasta hoy en día con su actual estatus, a expensas de como se resuelva el futuro sanitario del área norte de la provincia. En suma constituye un ejemplo hospitalario muy diferente a los modelos actualmente en boga.

El incendio -muy probablemente intencionado- que aconteció en la planta de Psiquiatría, ha reenfocado la atención de los medios informativos sobre la situación de este hospital cuya suerte está indefectiblemente ligada a lo que vaya a ocurrir con la residencia sanitaria Montecelo. De momento el Provincial sigue siendo una parte de un Complejo Hospitalario partido en dos desde hace años, por una decisión política. Y claramente hoy en día es el «patito feo» del CHOP. Arrastra problemas de distribución de espacios, antigüedad de instalaciones sobre todo en refrigeración y saneamiento. Mientras los planes de futuro se centran en el Gran Montecelo, aparentemente olvidan al Provincial en materia de inversiones y se oye hablar de posibles reenfoques de su actividad.

Sea como sea en un futuro, de momento en la actualidad es un hospital abierto y en funcionamiento que requiere mantener engrasados los dispositivos de respuesta ante situaciones como la del pasado domingo.

Mejorar protocolos

La magnitud del conato, con tres focos diferentes y que se halla bajo investigación de los Bomberos y de la Policía Judicial, hizo saltar las interrogantes esta semana a propósito de la capacidad de respuesta del personal; en suma, si está preparado y en condiciones para atender un siniestro de esta índole.

La conclusión, a la vista de la respuesta de la junta de personal, es que el Hospital Provincial está adecuadamente preparado para atender el caso y las necesidades que se demandan conforme el Plan de Autoprotección que data de 2014 que garantizó la evacuación y traslado sin daños de los pacientes desde esa sección hasta un área segura.

No obstante no debería caerse en la autocomplacencia. El suceso motiva mejorar protocolos de actuación del personal ante sucesos de semejante calibre. No deben descuidar los responsables del Complejo Hospitalario que se han producido críticas sindicales sobre «una escasa formación eficiente de los trabajadores en prevención de riesgos laborales».

Asimismo la gerencia del CHOP no debería dejar pasar desapercibida la indicación del propio personal sanitario que señala un «nivel de vulnerabilidad alto» como testimonian los documentos extraviados o simplemente perdidos por las llamas.

Lo que, como decíamos al principio, nos recuerda la pérdida de miles de historiales clínicos como ocurrió en la nave almacén de Alba y la lección «que no dimos aprendida».