Adiós a la última gasolinera del centro

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMON LEIRO

Repsol traslada al Concello su intención de suprimir los surtidores de Costa Giráldez, que llevan años sin funcionar

07 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La última gasolinera que funcionó en el centro de Pontevedra, la de Costa Giráldez ? ubicada en plena calle Benito Corbal, al lado del antiguo edificio de la Xunta que ahora va a rehabilitarse? tiene los días contados. Aunque hace años que dejó de estar operativa, los surtidores siguen colocados a pie de calle, y ahora la empresa Repsol ha trasladado al Concello su intención de retirarlos definitivamente. La decisión está a la espera de un informe municipal dando luz verde a los trabajos.

Poco antes del verano, una empresa especializada procedió a la limpieza de los tanques de gasolina subterráneos, paso previo a la retirada de los surtidores.

La gasolinera ocupó esa esquina del centro de Pontevedra desde mediados del siglo pasado. Concretamente, en 1951 el propietario del terreno, Valentín Costa Giráldez, cedió al Ayuntamiento una franja de terreno para la instalación de un punto de repostaje de vehículos. Obviamente, entonces la instalación estaba bastante alejada del centro de la ciudad. Comenzó así la historia de la gasolinera, rápidamente bautizada con los apellidos de su promotor. Al poco tiempo, el Ayuntamiento concedió licencia a Costa Giráldez para construir un garaje y vivienda en la misma finca con aprovechamiento de vuelos y alineación de fachadas.

En 1999, a petición de los herederos del promotor, el Concello inició un expediente para revertir los terrenos a sus propietarios originales, aunque manteniendo la servidumbre de paso hasta que se produjera el cierre de las instalaciones. Sin embargo, la operación no resultó sencilla, ya hubo un recurso judicial que planteó un empresario que explotaba uno de los surtidores de la gasolinera. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia no se pronunció hasta el año 2006, cuando se desestimó definitivamente el recurso presentado contra los acuerdos del gobierno local y del pleno municipal relativos a este asunto, y se pudo cerrar la reversión de los terrenos a los herederos de Costa Giráldez.

Antes de eso, en el año 2001, la gasolinera había vuelto a ser noticia al difundir la Consellería de Medio Ambiente un informe que alertaba de la existencia de filtraciones de hidrocarburos al subsuelo de la calle, afectando a una red natural de aguas subterráneas. Desde la Xunta se matizaba que la contaminación no implicaba riesgo alguno, pues no afectaba a la red de suministro de agua doméstica.

La estación de servicio de O Burgo tiene concesión hasta el 2018

Aunque no están en pleno centro de la ciudad, Pontevedra tiene otras tres gasolineras en las inmediaciones del casco urbano, la de la avenida de Lugo, la de Mollavao y la de O Burgo. Las tres están en funcionamiento, y la última es la única cuya continuidad está en el aire.

Al igual que sucede con otras instalaciones, los terrenos que ocupa en O Burgo son de dominio marítimo-terrestre y forman parte de una concesión que caduca en el año 2018. Recientemente, un portavoz de Repsol, empresa que gestiona la estación de servicio, aseguró a preguntas de La Voz que la decisión de solicitar la renovación de la concesión o no «todavía no está tomada».

El Concello, por el contrario, sí tiene avanzado un plan para recuperar esos terrenos para uso público. La idea se enmarca en el proyecto de reordenación del ámbito del puente de O Burgo y A Santiña, que comprende una superficie de 7.000 metros cuadrados e incluye la peatonalización del puente y la habilitación de una plaza pública en la cabecera norte, la que ocupa la gasolinera. Con un coste estimado de un millón de euros, el Concello incluyó esta idea en la candidatura a los fondos europeos, cuyo reparto aún no se ha resuelto.

La posibilidad de aprovechar los terrenos que actualmente ocupa la gasolinera no ha sido trasladada a la empresa. No obstante, el citado portavoz explico que la postura de Repsol pasa siempre por «mantener un diálogo abierto con las Administración públicas» para poder llegar a acuerdos, y apuntó a que una de las opciones puede ser una permuta de suelo para buscar un emplazamiento alternativo para la gasolinera.