De descubrir setas a campeón de «paddleball»

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón leiro

La faceta más conocida de Jaime Bernardo Blanco Dios es la de divulgador científico, especializado en setas. Pero también es el impulsor en Pontevedra, y en España, del «paddleball»Se trata de un deporte que mezcla fundamentos del del pádel y de la pelota vasca, aunque en una pista más pequeña, y que solo se practica en Estados Unidos, en Puerto Rico... y en Pontevedra. Este mes participará como campeón europeo en el mundial en Las Vegas

05 sep 2016 . Actualizado a las 14:46 h.

¿Quién no ha peloteado alguna vez con una raqueta contra una pared? El pontevedrés Jaime Bernardo Blanco Dios, conocido y premiado en la ciudad por su labor de divulgador científico y experto en setas -ha descubierto más de 40 especies nuevas-, se entretenía allá por los años 70 dando pelotazos contra la pared de la casa de su vecino. Fue aficionándose, creó reglas para hacer más divertido el juego y poder competir con amigos, y así pasaba el rato.

En los años 80 cayó en sus manos un libro editado en Estados Unidos y descubrió que aquella distracción juvenil tiene un nombre y es un deporte en toda regla al otro lado del Atlántico: estaban jugando al paddleball, un deporte parecido al frontón español, o pelota vasca, pero que se juega en una pista más pequeña, de apenas 10,2 metros de largo, lanzando la pelota contra una pared de 6 metros de ancho por 5 de alto, y para el que se utiliza un tipo pala similar a las del pádel, aunque un poco más fina.

A nuestro protagonista aquello le fue interesando y se metió de lleno. Descubrió que hay diversas modalidades -se puede jugar en una, tres o hasta cuatro paredes-, que hay otro deporte «hermano», el racquetball, para el que se utilizan raquetas similares a las del tenis pero más alargadas. Y sobre todo, que en el paddleball a una pared, se juega con dos raquetas. Blanco Dios vio ahí una oportunidad, ya que él es ambidiestro, y emplea exactamente igual la mano derecha y la izquierda.

La afición fue creciendo, comenzó a pedir material a los Estados Unidos, contactó con las federaciones existentes en América -hay dos, una en la costa Este y otra en la Oeste-, juntó a un grupo de amigos y creó la Asociación Galega de Wallball e Paddleball.

«Ahora mismo, el paddleball solo se practica en Estados Unidos, en Puerto Rico y aquí, en Pontevedra», asegura con una sonrisa con la que desvela que la asociación organiza campeonatos de España y de Europa. Y, claro, él es el actual campeón continental de paddleball en una y en tres paredes, y en racquetball al aire libre. «Estoy imbatido», asegura entre risas. «Yo sé que hay mucha gente que se ríe de mí cuando les digo que soy campeón de Europa -admite-, y creen que soy un friki. Pero, mira, que piensen lo que quieran».

Él asegura divertirse con la afición, al tiempo que le mantiene en forma. Porque entrena cinco días a la semana, entre una hora y media y dos horas, en el CEIP Parada-Campañó, a cuya dirección agradece que le permitan usar las instalaciones por las tardes. Hasta que dio con este colegio pontevedrés, hace casi dos años, la Asociación Galega de Wallball e Paddleball tenía que buscarse la vida para entrenar y disputar torneos. Por ejemplo, para los campeonatos de tres paredes utilizan una nave abandonada en Pazos de Borbén.

«Todo esto es un poco de locura -reconoce-, pero es nuestra locura, y no molestamos a nadie». Y ahora mismo está preparando su aventura más inverosímil: dentro de un par de semanas viajará a Las Vegas para participar nada menos que en el Campeonato del Mundo de Paddleball. Obviamente sin patrocinadores ni ayudas, todos los gastos correrán de su cuenta.

El campeonato mundial se disputará en el hotel-casino Stratosphere, uno de los más conocidos de Las Vegas. «Van a montar un montón de pistas en el aparcamiento -señala-, es algo espectacular».

Blanco Dios va a participar en las dos modalidades en que es campeón de Europa: en una pared y en tres. Pero está algo preocupado porque no sabe con qué pelotas se van a disputar los partidos. «Imagínate -subraya-, hay como siete tipos de bolas diferentes, y cada una tiene sus propias características».

En cualquier caso, cree que en su categoría de edad tiene «opciones de hacer un buen papel si tengo un poco de suerte y los cruces me favorecen». Quién sabe, puede que estemos ante un futuro campeón del mundo. Otro trofeo para sus vitrinas.