Otra batalla multicolor ganada

iván calderón PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El desfile estrella de las fiestas volvió a sorprender por su variedad de personajes

20 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Una de las fiestas más coloridas y alegres del abarrotado calendario estival de la ciudad del Lérez volvió un año más a salvarse de la lluvia, esta vez con mayor margen. Y es que aunque el día comenzó con un cielo encapotado y algunas gotas, que hicieron dudar sobre la salida de las carrozas, para cuando el reloj marcó la una de la tarde los paraguas ya habían dado paso a las gafas de sol. Una gran noticia para las cientos de personas que consideran la batalla de flores una cita obligada en el calendario de verano.

El desfile compuesto por diez carrozas y numerosos músicos, arranco algo pasadas las siete de la tarde, aunque la corta espera valió la pena. En la vanguardia salieron el habitual corrillo de cabezudos, que festivamente saludaban a los pequeños apostados en primera fila, divirtiendo a muchos y asustando a otros pocos. La alegre música de los gaiteros y de las charangas hicieron de reclamo para los rezagados que aún no tenían sitio o que desconocían el recorrido de este año.

La primera de las carrozas transportó inmediatamente a grandes y pequeños al mundo del Libro de la Selva. Zancudos disfrazados como aborígenes y una banda de hombres puma dieron paso a los pandas y al Rey León, con elefantes y jirafas hinchables de por medio. El cuarto carruaje, representando las fiestas de Pontevedra, dio rienda suelta a la batalla. Su sonoro cañón de confeti y el arsenal de papeluchos que portaban los pequeños montados en él, desataron el verdadero espíritu de la tarde.

Otros personajes de película también hicieron su aparición en la milla de oro pontevedresa. Las versiones infantiles de Marilyn Monroe, Mary Poppins, Audrey Hepburn y los personajes de Grease tuvieron su propia carroza, coronada con enormes figuras de el gordo y el flaco.

El ambiente era todo lo que se podía esperar de una de las celebraciones más apreciadas por la ciudad. Los pequeños, deslumbrados con las figuras, los no tan pequeños, sacando al niño que llevan dentro, en una guerra de confeti. Incluso los empleados de las tiendas se acercaron a las puertas de los locales a respirar el ambiente festivo, y lanzar alguna que otra serpentina.

Uno de los personajes que mas furor causó no iba sobre ruedas, y es que, como no podía ser de otra forma, la sensación del año hizo su aparición. El embajador mundial de Pokémon Go desfiló por las calles. El Pikachu hecho de globos y su séquito de entrenadores, causó furor entre padres e hijos.

Para cerrar la batalla, hizo su aparición un enorme dragón chino hecho de globos. Si la presencia de la mítica figura no era suficiente, al acabar el recorrido se repartieron los globos, así que cientos de pequeños marcharon a casa con una pequeño recuerdo, acabando por todo lo alto el colorido desfile. Mas de un papelucho sin abrir se quedo en los bolsillos de los asistentes, sin duda munición para la cita del próximo año.