La Alameda se transforma en un mundo de imaginación y juegos

C. Pereiro PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

. Luz Conde

Desde lanzar una jabalina hasta construir una ciudad, todo es posible estos días en Animatrón

04 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Quién no ha soñado con volver a ser un niño? Más aún si uno se pasa estos días por el Parque das Palmeiras de la Alameda y ve ese pequeño mundo que el ciclo infantil Animatrón pone a su disposición.

Aquí todo es posible, absolutamente cualquier pensamiento se hace realidad. ¿Coronarse campeón del mundo de lanzamiento de jabalina? ¿Por qué no? La cola para hacerlo es grande, pero permite demostrar el buen brazo que los pequeños poseen. Puede que uno o dos metros no sea aún marca olímpica, pero por algo se empieza.

Varias carpas han sido instalada en la zona y cada una acoge una aventura diferente. El objetivo no es otro que recordarle a los infantes de la casa que el verano es mucho más que playa o calor, y que a la sombra de unas palmeras también se puede evadir el aburrimiento. Los monitores ponen la base, pero son los niños los que lucen sus risas y dan rienda suelta a la imaginación.

Podría pensarse que se trata del estreno de una nueva película de Harry Potter debido a la larga cola que se forma, pero no, se trata de poner un toque de color a la piel. El taller de pintura es, sin duda, el más reclamado, y sus resultados, vistosos cuanto menos. En ellos uno puede salir transformado en gato, o con un pequeño tatuaje temporal en el brazo izquierdo. Para gustos colores, y nunca mejor dicho.

La habilidad también es un grado, y el lanzamiento del Frisby requiere cierta pericia a la hora de encestarlo en una red preparada para la ocasión.

Añadamos a toda esta mezcla de actividades un poco de música y la animación y las carreras estarán servidas. Por si faltara algo, también hay béisbol para los más atrevidos.

Alejada un poco del resto, la carpa de Constrúe a túa nova cidade se presenta como una de las más divertidas de este ciclo infantil. Entre pelotas, excavadoras, bloques de plástico y palas, los más pequeños echan a volar su imaginación. Y es que todos sabemos lo poderosa que puede llegar a ser en un niño, capaz de convertir una caja de cartón en un fuerte infranqueable, y en este caso, una carpa de 10 metros cuadrados en toda una ciudad. Eso sí, como buenos obreros, se equipan con casco de obra y chaleco reflectante. La seguridad es primordial.

Animatrón permanecerá en activo hasta mañana, viernes. Aun quedan dos días de aventuras en Pontevedra.