La plaza de toros inauguraba en 1996 su cubierta, una estructura de metal con membrana de tela
20 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Se trataba de «una gran estructura metálica con una membrana de tela, recubierta de PVC», y era la gran novedad con la que la plaza de toros más conocida y con más actividad de Galicia quería recibir, no solo al Apóstol Santiago en su día, si no las fiestas de 1996. La cubierta, que hoy en día continúa activa y ha salvado a muchos aficionados de tardes de un sol aplastante que hacía difícil mantener la compostura a partir del cuarto astado de la tarde, fue obra del arquitecto Alfonso Barreiro. Fue él quien la definió en su momento como «una cúpula con una linterna central abierta», que permite la entrada de la luz solar, asegura una perfecta ventilación interior y una temperatura agradable. Resulta, además,
«muy ligera y esbelta y tiene la ventaja de que no tiene ningún apoyo intermedio que interrumpa la visión en las gradas». Para ello consta de un radio de 25 metros.