De la defunción del IMD al enésimo trámite para el polígono de O Vao

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Todos los grupos, menos Marea, apoyaron modificar el PGOU para adaptar el ámbito del parque

19 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Un día para la historia de Pontevedra. Así definió ayer la concejala de Deportes, Anxos Riveiro (BNG), el inicio del expediente de disolución y extinción del organismo autónomo Instituto Municipal de Deportes (IMD), creado en 1996. La decisión, que se basa en un informe del asesor jurídico, fue apoyada, además de por el equipo de gobierno, por PSOE y Marea. Lo que para Riveiro es «un corsé demasiado grande para o que o deporte significa na actualidade», para Ciudadanos y PP era una herramienta perfectamente válida.

«Detrás de la mala gestión del IMD está su dejadez y su desidia», afirmó Tomás Abeigón (PP), que habló de «día de luto» para la ciudad y tuvo un recuerdo para Javier Gómez Noya, que se perderá los juegos de Río por lesión. Con 70 clubes -sin contar las ANPA- y 6.489 licencias deportivas, tanto populares como la concejala de Ciudadanos, María Rey, creen que la disolución del IMD restará voz «al tejido deportivo de la ciudad».

Si Ciudadanos votó en contra de la extinción, el PP se abstuvo. PSOE y Marea pidieron que se articule algún sistema para contar con un órgano de participación. Podrá ser a través del Consello Municipal de Deportes u otro. «O IMD non cubre as necesidades deportivas debido a moitas restricións. Pero quero lanzar unha mensaxe de tranquilidade aos clubes», remachó Agustín Fernández (PSOE). Riveiro se comprometió a recoger esas peticiones, pero incidió en que no queda otra opción ya que la propia legislación «impide que o IMD poida medrar».

Y de una disolución al enésimo trámite para poder desarrollar la ampliación del polígono comercial de O Vao, en Campañó. Unos terrenos donde se quieren instalar empresas como Decathlon o Kiabi. Todos los grupos de la corporación, a excepción de Marea, votaron a favor de una modificación puntual del PGOU para adaptar el ámbito del sector del suelo urbanizable A-1.2 en O Vao.

El polígono se empezó a tramitar en el 2002 y su superficie, prevista inicialmente en 100.000 metros cuadrados, quedó reducida a 43.000. «As empresas que o promoven están agardando», dijo la concejala de Urbanismo, Carme da Silva (BNG), que no se atrevió, sin embargo, a asegurar que será el último cambio.

Jacobo Moreira (PP) aprovechó para criticar lo que considera falta de gestión urbanística del BNG. Habló de «vergüenza de expediente»: «Deben enmarcarlo para recordar lo que no se debe hacer. Muchos de los males son debidos a la falta de un PXOM de futuro. Esto resume su gestión. Suena al ‘‘Ti vai facendo’’, además de ser una tortura para los promotores, es de destacar su esfuerzo y tenacidad».

Marea fue el único grupo que se opuso a la modificación del PGOU para el desarrollo del polígono de O Vao. Luís Rei hizo hincapié en que esa actuación supondrá una nueva agresión a una zona «amparada pola servidume de protección do Dominio Público Marítimo Terrestre». El concejal se mostró contundente. «Créase unha barreira visual interrompendo as vistas cara a Xunqueira de Alba e non se aprecian garantías ambientais de que este proxecto non lle afecte á contorna próxima ou á calidade das augas». Rei recordó la «única» intervención que podía ayudar a mejorar paisajísticamente la zona y que se remonta a 1992, aunque se archivó años después, en el 2008: un jardín botánico en Alba por parte de Audasa.